viernes, 30 de marzo de 2007

Participación política de las mujeres indígenas

III Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala

Sistematización y conclusiones

Mesa: Participación política de las mujeres

Elementos conceptuales introductorios:

Fortalecer, acordar propuestas y visualizar los obstáculos, limitaciones que afrontamos las mujeres dentro de las organizaciones e instituciones. Como punto de referencia las mujeres indígenas debemos recordar hoy, según nuestro calendario nos marca jun kat que traducido literalmente al español significa red; para nosotros el fuego y queremos pedir con esto que el Ajaw kat este con nosotras y nosotros en esta tarde para que nuestro trabajo sea un trabajo en conjunto, un trabajo del que podamos lograr lecciones y podamos aprender de la experiencias de todas y todos.

No esta demás decir que aquí habemos más mujeres, y debemos de alegrarnos porque saldrá de nosotros nuestras preocupaciones, propuestas, sentimientos y pensamientos sobre lo que nos afecta y como nos afecta, como mujeres indígenas desde nuestra participación y nuestra organización politica estos han sido escollos muy difíciles de superar porque históricamente como mujeres y pueblos indígenas hemos estado siempre reprimidos, marginados y eso no es justificación, pero una realidad que hemos vivido este país.

Las mujeres participantes en esta mesa somos mujeres que hemos pasado distintas experiencias, nuestra formación es diversa pero especialmente la diversidad es la que ha enriquecido nuestra participación, y creemos también que las mujeres que nos van facilitar, son personas altamente conocidas en sus comunidades por su experiencia, su proyección; en esta lucha que tenemos como pueblos recordemos que las mujeres tenemos una doble responsabilidad, ser mujeres, pensar como mujeres, actuar como mujeres y como pueblo, pensamos en la comunidad.

La Asociación de las mujeres indígenas Ixpiyakok ha sido también un aporte que han dado las mujeres en el sentido de analizar de abrir el debate y de trabajar en campos difíciles en el que se ha tenido muchas limitantes acerca de su participación politica.

Pueblos y nacionalidades indígenas de la resistencia al poder, es el lema que nos invita a una reflexión sobre los avances políticos y nuestra participación como liderezas dentro de nuestros espacios, así como reflexionar sobre las responsabilidades históricas que nos ha tocado asumir unas por decisión propia y otras impuestas.

También resalto que la participación de los hombres es importantes, pero es limitado en estas mesas ya que se cree que es un tema para mujeres, es responsabilidad de los dos hombre y mujer para la transformación y formación en la educación de la familia.

Tenemos que reconocer que hoy se han asumido cargos de alta decisión en lo local, regional, nacional e internacional; valoramos el caso de las mujeres de Bolivia de la Asamblea Constituyente, reconocemos el liderazgo de las mujeres que ocupan cargos públicos en el vice – ministerio de trabajo, en la Secretaría de la Paz en nuestro país.

Reconocer que nosotras aportaremos para el desarrollo de nuestros pueblos desde las diferentes propuestas sobre de Declaración de la Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala.

Elementos de la problemática local/nacional:
Realidad actual de las mujeres:
Poca participación politica de las mujeres a nivel comunitario, local, regional e intenacional.
Utilización de la mujer como objeto o símbolo en los espacios políticos, culturales, sociales, económicos, etc.
Los diferentes roles y la cantidad de los mismos que la mujer asume o se ha impuesto dentro de la sociedad.
El machismo, en los hogares, los trabajos, en los espacios de participación; obstaculizando el desarrollo de las mujeres.
Existe de sub valoración de la participación de las mujeres en los distintos espacios.
Racismo y discriminación
No existe una agenda de desarrollo especifica para la mujer
No hay autonomia de las mujeres
La mujer tiene limitadas sus desiciones
No hay acceso y participación de las mujeres en los temas de salud reproductiva.
Utilización del voto de las mujeres
No hay participación de la mujer en espacios de decisión
Aumento de violencia contra las mujeres Problemática Continental:
El silencio que existe de las mujeres como hijas, esposas, madres.
Invisibilización de la participación activa de las mujeres.
No hay derecho a la propiedad
La dependencia economica, participación, religión, social, etc.
La migración, que recarga la responsabilidad de las mujeres
Los distintos roles de las mujeres
El desequilibrio de las condiciones de vida de las mujeres.
Discriminación y racismo hacia las mujeres indígenas.
No hay garantías y acceso igual de las mujeres, a la educación, vivienda, salud, economía.
Violencia física y psicológica contra las mujeres
Violación de los derechos laborales

LÍNEAS ESTRATÉGICAS DE ACCIÓN:

Negociación de espacios de participación con cuotas equitativas desde la administracion y económicas gubernamentales.
Crear, operativizar y cabildear agenda de desarrollo politica y programática, económica, social y cultural
Paridad entre hombres y mujeres
Participación activa en puestos de toma de decisión a nivel local, regional, nacional e internacional de las mujeres indígenas.
Crear espacios de formación y capacitación politica permanente y constante de las mujeres indígenas.
Ocupar mayores espacios en las municipalidades gobernaciones y diputaciones.
Participación politica y alterna en la representación de mujeres y hombres
Cambios de leyes que erradiquen la discriminaciçon en las leyes civles
Elaborar un plan para erradicar y prevenir el maltrato, la exclusión y discriminación
Realizar una cumbre de mujeres indígenas
Demandar de los Estados un plan de solucion del feminicidio
Conformar un Comité Continental de mujeres indígenas
Abordar el tema de salud reproductiva
Inclusión de ejes temáticos sobre situación en general de la mujer.
Que las agencias donantes respeten y prioricen las necesidades reales de las mujeres indígenas del continente.
Garantizar y responsabilizar a la cumbre la autonomía e independencia de las mujeres indígenas latinoamericano
Demandar al estado de cada país que garantice al derecho a la educación, salud y vivienda digna de las mujeres indígenas, respetando su idioma y valores culturales, que debe reflejar en los programas y presupuestos públicos.

Principales elementos de la problemática local nacional: Primera Fase Poca participación politica de las mujeres a nivel comunitario, local, regional e intencional

Urgente necesidad de articular conocimientos, experiencias de liderazgos intergeneracionales de mujeres indígenas.

PROBLEMÁTICA CONTINENTAL:

Invisibilización de la participación activa de las mujeres nacional y continental. No hay garantías y acceso igual de las mujeres, a la educación, vivienda, salud, economía.

LÍNEAS ESTRATÉGICAS DE ACCIÓN CONTINENTAL:

La migración, que recarga la responsabilidad de las mujeres indígenas. Discriminación y racismo hacia las mujeres indígenas.

CONCLUSIONES:

La realidad actual de las mujeres indígenas sigue reflejando la condición histórica de exclusión, marginación, falta de oportunidades y discriminación a la que ha sido relegada, por lo que la participación politica es fundamental para mejorar las condiciones de desigualdad en los ámbitos sociales y económicos.

Ante esta situación es invaluable el trabajo que las mujeres indígenas de Abya Yala han realizado en los diferentes espacios en el que se desenvuelven, como un aporte para el bienestar colectivo de los pueblos y nacionalidades indígenas. No esta demás mencionar y reconocer el rol que las mujeres han desempeñado como rectoras y pilares fundamentales de nuestras culturas milenarias.

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viernes, 23 de marzo de 2007

Declaración Final del Primer Congreso Nacional de ANAMURI

Queridas amigas,  adjunto la declaración final del Congreso de ANAMURI, donde participaron: Roxana, Yamile, María Isabel y Silvia Fuentes.
 
ukhamawa noticias
23 de marzo de 2007
 



Las mujeres rurales e indígenas de Chile hemos completado un año de
Congreso Nacional. A través de la Asociación Nacional de Mujeres
Rurales e Indígenas, ANAMURI, en los últimos doce meses, desde el 21 de marzo
del 2006 al 21 de marzo del 2007,  nos hemos juntado en localidades a
lo largo y ancho del país para reflexionar sobre las condiciones de vida y
trabajo en el campo y en el país en su conjunto, sobre lo que queremos
para nuestro futuro y para nuestro país.

Fue un año de grandes esfuerzos y mucho trabajo, repleto de sueños,
esperanzas, reflexiones y solidaridad. Dimos muestras claras que las
mujeres somos capaces de organizarnos y luchar, de continuar
produciendo alimentos y manteniendo la riqueza cultural de nuestro país y nuestros
pueblos. Pudimos confirmar que los movimientos sociales de Chile y del
mundo están renaciendo con fuerza y, al igual que nosotras, están
dispuestos a luchar por los cambios que deseamos. Recibimos muestras de
solidaridad de muchos lugares del mundo y nos dimos cuentas que
nuestros sueños y nuestros problemas son comunes con los de muchos pueblos y
movimientos.

Durante este año, las mujeres nos tomamos la palabra. Esto es lo que
vimos y concluímos:

1. La agricultura campesina e indígena ha sido históricamente la fuente
más importante de alimentos sanos y variados para toda la población, no
sólo la rural. Sin embargo, vemos que la agricultura campesina e
indígena está siendo sistemáticamente destruída, producto de los
procesos de privatización, la invasión y los abusos por parte  de las
grandes empresas nacionales y transnacionales y un conjunto de
políticas públicas que se empeñan ciegamente en entregar el país a los
empresarios. Vemos el intento de convertir a Chile en "potencia
agroalimentaria" a través del "encadenamiento productivo" como una
amenaza grave e intolerable a nuestra forma de vida y producción.

2. La destrucción de nuestra agricultura pasa por la destrucción
igualmente sistemática de nuestra identidad y nuestra cultura. Intentan
por todos los medios hacernos invisibles, negándonos incluso el nombre
de campesinos y pueblos indígenas. Nuestros hijos son educados para
renegar de nuestros saberes y de nuestro trabajo, para abandonar el
campo y convertirse en mano de obra barata y sin derechos.

3. El Estado Chileno y el empresariado continúan desconociendo el
derecho de los pueblos indígenas al territorio y a la
autodeterminación, mantienen la usurpación de los territorios ancestrales y aplican
políticas de represión injustificables a través de la ley
antiterrorista y otras normas.

4. Las mujeres somos permanentemente invisibilizadas. Históricamente se
nos ha negado el acceso a la tierra, y las actuales políticas y
programas de asistencia técnica y crédito son insuficientes y la
mayorías de las veces inadecuados. Las políticas sociales no toman en
cuenta que trabajamos dos o tres jornadas, y no se nos considera
productoras.

5. Chile es un país gravemente contaminado, porque la actividad
industrial, especialmente de las empresas forestales, mineras,
eléctricas y pesqueras, no se regula ni fiscaliza. La CONAMA no
fiscaliza adecuadamente ni cumple con su papel de proteger el medio
ambiente. La participación de la ciudadanía en la protección del
medioambiente es reprimida.

6. La destrucción del medioambiente ha deteriorado muchísimo nuestras
condiciones de vida y de trabajo. Nos parece muy grave que el agua sea
cada vez más escasa; incluso ya es escasa el agua para beber.

7. La privatización del agua sólo ha agravado los problemas de
contaminación y desaparición del agua. Han desaparecido vertientes,
arroyos, ríos y glaciares.

8. La privatización de los océanos ha hecho que muchos pueblos costeros
queden sin trabajo ni alimento, y ha empeorado la alimentación de todos
los chilenos.

9. Los campesinos e indígenas tenemos poca tierra, y la estamos
perdiendo aceleradamente, producto  de la contaminación, la falta de
agua y el endeudamiento. Los programas de asistencia técnica, de INDAP,
Programa Orígenes y otros, sólo han agravado el endeudamiento y la
pérdida de nuestros recursos. Producto del endeudamiento, las mujeres
quedamos especialmente desamparadas, sin acceso a nuevos créditos ni a
la asistencia técnica.

10. Las condiciones laborales en el campo son cercanas a la esclavitud.
No se respeta los pocos derechos laborales que aún tenemos, reprimen
nuestras organizaciones, nos pagan sueldos miserables y nos hacen
trabajar en condiciones peligrosas e indignas. Chile es país
agroexportador sólo gracias a la explotación extrema de los
trabajadores y especialmente las trabajadoras agrícolas.

11. Las mujeres del campo no tenemos derecho a la previsión ni a una
jubilación digna. Consideramos que la propuesta que las mujeres jubilen
a los 65 años es inaceptable.

12. Los servicios públicos en el campo son de mala calidad. La
educación, la salud, la asistencia técnica, los créditos, los caminos y
el transporte se diseñan e implementan sin respeto por nuestras
necesidades, nuestras condiciones de trabajo, nuestra cultura o
nuestros saberes. Cada vez más, los servicios públicos están al servicio de los
empresarios.


Considerando todo lo anterior, hemos tomado un conjunto de resoluciones
que damos a conocer al país en un documento aparte. Entre nuestras
principales resoluciones, hemos decidido:

1. Reiterar nuestro rechazo al neoliberalismo y continuar luchando
hasta que nuestro país adopte otras formas de organizar su agricultura y su
economía. Lucharemos igualmente por la revisión y derogación de los
tratados de libre comercio.

2. Apoyar las demandas por un cambio constitucional que, entre otros,
termine con el sistema binominal, que sólo agrava los problemas de
falta de democracia en Chile y beneficia exclusivamente a los grandes grupos
económicos. Exigir la derogación de la ley antiterrorista.

3. Luchar por que se lleve a cabo un programa amplio de Reforma
Agraria, que entregue tierras a  campesinos y pueblos indígenas, con un cuidado
especial por garantizar la entrega de tierras a mujeres y jóvenes.

4. Luchar por el reconocimiento del derecho de los pueblos indígenas a
la autonomía y autodeterminación, que incluya la devolución de los
territorios ancestrales a los pueblos indígenas.

5. Reafirmamos nuestra identidad como campesinas, como indígenas, como
mujeres. Nos comprometemos con defender el derecho y el deber de
continuar produciendo alimentos para nosotros y el resto de los
chilenos. Nos comprometemos con una agricultura sin agrotóxicos, con la
defensa de nuestras semillas,  nuestros saberes y nuestra cultura, en
contra de las semillas transgénicas y los monocultivos. No queremos ser
potencia agroexportadora. Rechazamos el encadenamiento productivo y
seguiremos luchando por producir de manera libre y de acuerdo a
nuestros principios. Lucharemos por la soberanía alimentaria como un derecho
fundamental de los pueblos.

6. Lucharemos por cambios en las políticas agrícolas hasta contar con
políticas que fomenten y protejan la agricultura familiar campesina y
garanticen que los servicios públicos, especialmente el INDAP,
favorezcan a los pequeños agricultores y  no discriminen a la mujer y a
los jóvenes. Exigimos una solución real al problema del endeudamiento
campesino y que el INDAP asuma la responsabilidad que le cabe en la
creación de este problema.

7. Demandamos y lucharemos por una reforma al Código de Aguas que
responda a las prioridades de las comunidades y de las personas,
reconociendo el agua como un patrimonio común, derogando e impidiendo
su privatización.

8. Lucharemos por una ley del medioambiente que garantice la efectiva
participación ciudadana, que prohíba las actividades contaminantes y
obligue a la fiscalización efectiva. Queremos la derogación del decreto
701 y que se fomente la plantación de bosque nativo. No queremos más
pinos y eucaliptus.

9. Exigimos y lucharemos por un sistema de educación público, accesible
a todos los niños y jóvenes, que respete nuestras culturas y que apoye
que los jóvenes permanezcan en el campo. Queremos una educación técnica
y agrícola respetuosa con el medioambiente  y con nuestros saberes.

10. Exigimos y lucharemos por un sistema de salud público,  digno y
solidario, al alcance de todos,  que proteja efectivamente contra los
agrotóxicos y otras formas de contaminación.

11. Exigimos un sistema previsional público y solidario, jubilación
digna y garantizada para todos y jubilación más temprana para las
mujeres del campo.

12. Agradecemos las múltiples muestras de solidaridad que recibimos de
otros movimientos sociales e instituciones. Reiteramos nuestra decisión
de seguir luchando de manera unitaria, uniendo nuestros esfuerzos y
luchas con los de otros movimientos campesinos e  indígenas de todo el
mundo y con otros movimientos sociales que hoy están resurgiendo, para
continuar la senda de globalizar la lucha y globalizar la esperanza.

¡Es tiempo de soñar! ¡Es tiempo de sembrar! ¡Es tiempo de construir!
¡Es tiempo de participar! ¡Es tiempo de luchar!

¡Las mujeres continuaremos teniendo la palabra!

Asamblea del Primer Congreso Nacional de ANAMURI

Santiago, 23 de marzo de 2007


 
 

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miércoles, 21 de marzo de 2007

ACUSAR SIN PRUEBAS, TAMBIÉN ES VIOLENCIA

RED-ADA.- La Paz, 21-03-07
 
Acusar sin pruebas, con base sólo en denuncias, principalmente en contra de mujeres como es el caso de Nemesia Achacollo, que con tanto esfuerzo construye liderazgo en una sociedad llena de prejuicios, de discriminación por razón de género y por pertenencia cultural, es una forma de violencia que bien se enmarca dentro de lo que muchas organizaciones de mujeres tipifican como acoso político.
 
Las acusaciones vertidas, más allá de ser o no ciertas, se las realizan con saña, con la clara intencionalidad de mellar profundamente su imagen. Ni que decir de algunos  medios de comunicación que encuentran en el hecho una veta sumamente rica para colmar sus afanes sensacionalistas.
 
Nemesia Achacollo, tiene una larga trayectoria de lucha en el movimiento indígena, campesino, originario, donde además de las reivindicaciones de clase social y propias de su identidad cultural, luchó en defensa de los derechos de las mujeres.
 
Desde 1996 hasta el presente, realizó una serie de aportes para lograr que el país deje de lado las exclusiones, discriminaciones de todo tipo para construir una sociedad plenamente participativa y de respeto a la diversidad. Estos aportes realizados por Nemesia Achacollo son necesarios valorarlos en este momento difícil en el que ella se encuentra.
 
En conferencia de prensa, Nemesia Achacollo, en partes relevantes de la misma expresó lo siguiente: "Actualmente surgen ciertos oscuros intereses sectarios, que tienen la clara nefasta intención de enlodar mi imagen con denuncias de imaginarios actos de corrupción o de uso indebido de influencias, que en ningún momento se adecuan a la realidad, sino más bien se constituyen en un frágil sustento para un escándalo mediático"… "con la frente alta, puedo decirles que he lidiado con situaciones aún más difíciles y adversas en la vida, así como en la actividad política y sindical, por lo que no me preocupa en lo más mínimo este acto de difamación, sobre la cual se quiere erigir un pedestal político donde se encumbran unos cuantos cobardes, que saben de donde vienen, y que buscan en mi persona un motivo para debilitar este movimiento que busca un futuro mejor para Bolivia".
 
Desde la RED – ADA, instancia que defiende los derechos de las mujeres, expresamos nuestra apoyo moral y solidario con la lucha de la diputada Nemesia Achacollo y muchas mujeres, principalmente indígenas, originarias, campesinas, afrodescendientes, a las que les cuesta muchísimo llegar y trabajar en espacios de poder históricamente reservados para hombres y grupos de élite.
 
Hoy 21 de marzo, Día Internacional contra la Discriminación, la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia exige una vez más a los poderes del Estado, viabilizar el Anteproyecto de Ley contra la discriminación, que desde hace dos años está en conocimiento del Legislativo y del Ejecutivo, sin que se de respuesta y se sigan cometiendo actos de discriminación, que lastiman a la persona y violan los derechos humanos.
 
Derechos Humanos considera que "la discriminación es una conducta injusta identificada con la crueldad, odio y desprecio, que promueve actitudes contra la dignidad de las personas basadas en prejuicios de origen racial, sexo, edad, deficiencia de alguna función física, intelectual, condición social, económica e incluso por  la condición de salud y preferencias sexuales".
Si una de las obligaciones del Estado es prevenir y eliminar todas las formas de discriminación  que se ejerzan contra cualquier persona tal como lo menciona el Art. 6 de la Constitución Política del Estado, exigimos la sanción a los difamadores que sin prueba acusan a quienes se encuentran ocupando cargos públicos.

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Mujeres Indígenas se reunirán en Congreso Nacional en Santiago

20 warmis (mujeres), entre aymaras y quechuas, viajarán esta semana a Santiago para participar del Congreso Nacional de Mujeres de Pueblos Originarios: "Mujeres Indígenas sabiduría y participación en el ejercicio de sus derechos".
 
Por Ruth Carbone / El Morrocotudo. cl/ 21 de marzo de 2207

20 warmis (mujeres), entre aymaras y quechuas, viajarán esta semana a Santiago para participar del Congreso Nacional de Mujeres de Pueblos Originarios: "Mujeres Indígenas sabiduría y participación en el ejercicio de sus derechos". El cual busca generar un espacio de encuentro, análisis, discusión e intercambio de experiencias entre mujeres de pueblos originarios del territorio nacional, que permita la construcción conjunta de propuestas relacionadas con el mejoramiento de las políticas indígenas, con perspectiva de género.

Las participantes, de la Ciudad de Arica e Iquique, tendrán la oportunidad de abordar temáticas como: Mujer indígena y trabajo; participación de la mujer indígena en el ámbito político nacional, mujer indígena y emprendimiento, relación entre hombre y mujeres indígenas y mujer indígena y sus derechos.-

Las favorecidas de la ciudad de Arica son: Sonia Ormeño, Elisa González, Milita Platero, Rosa Maita, Gloria Flores, Marianela Chambe, Teodora Calle, Marcela Gómez, Juliana Marca, Adela Cutipa.- Mientras que por Iquique viajan: Valeria Viza, Isidoro Ramos, Dolores Fernández, Gilda Palape, Molly Garrido, Jenny Bernal, Cecilia Flores, Asencia Choque, Claudia Quintana y Lupe Chuqitglla. Ellas representan a las comunas de Arica, General lagos, Camarones, Putre, Camiña, Iquique, Pica, Mamiña y Huara.

El Congreso se desarrollará en El Canelo, San Bernardo, Santiago, entre el 25 y 27 de marzo y pretende congregar a 200 mujeres de los distintos pueblos originarios del país.

Para la CONADI esta actividad es relevante, pues permite
profundizar la reflexión de las mujeres en busca de una propuesta colegiada,
donde ellas adquieran protagonismo desde la generación hasta la
implementación de medidas.


Pie de Fotos: Mujeres a Santiago:
Subdirector Nacional Norte de CONADI junto a las 10 mujeres que asistirán en representación de la Provincia de Iquique, al Congreso Nacional de Mujeres Indígenas, a desarrollarse en Santiago.

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lunes, 19 de marzo de 2007

Rigoberta Menchú: Candidata multicolor

En un complejo escenario político –cerca de mil feminicidios en los últimos cinco años, más de 35 de guerra civil, 200 mil víctimas entre muertos y desaparecidos y la impunidad sobrevolando sobre estas cifras–, Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz en 1992, será la primera candidata indígena a la presidencia
en la historia de Guatemala

Por Veronica Gago/ Las 12/ 16 de marzo de 2007
 
La guatemalteca Rigoberta Menchú –Premio Nobel de la Paz en 1992– confirmó hace algunos días que se postulará como candidata a presidenta por su país para los comicios de septiembre. Además de ser la primera candidata mujer en la historia de Guatemala, de ser electa, Menchú marcaría un hito: sería la primera mujer indígena de América latina en llegar a ese puesto. Hace apenas un mes lanzó el movimiento político maya Winaq, que significa "equilibrio e integridad". Menchú irá a elecciones en alianza con el Partido Encuentro por Guatemala (PEG), otra fuerza creada también por una mujer, Nineth Montenegro, diputada y fundadora del Grupo de Apoyo Mutuo que aglutinó desde 1984 a madres, esposas e hijas de desaparecidos que se fueron encontrando en morgues, hospitales, cárceles y destacamentos buscando a sus familiares. Montenegro, al darse a conocer la alianza, declaró: "No recuerdo que haya habido en la historia del país un encuentro de dos mujeres a este nivel (...); es un proceso histórico en el que asumimos un compromiso ético y moral para sacar adelante al país, y buscamos ser un ejemplo de armonía para conseguir seguridad integral y la reestructuración del Estado". Menchú, a su vez, señaló que antes de conocerse su candidatura un 50 por ciento del electorado había declarado no querer votar, por desconfianza con los partidos tradicionales; con su anuncio, dijo, "se ha producido un terremoto que cambia la fisonomía del país" y aclaró que "los guatemaltecos han creado fantasmas y temores. Tenemos que decir que las mujeres y los indígenas no lo somos".
Menchú, en diversas declaraciones a la prensa, ya empezó a definir el perfil de su candidatura: "Nos urge crear un modelo intercultural basado en la inclusión. Nuestra candidatura es un termómetro para medir hasta dónde el sufrimiento del conflicto armado sigue vigente en la población, para ver si hemos abandonado los pensamientos radicales de racismo, de fascismo, de extremos. Queremos ser la referencia de una juventud que no es izquierda ni derecha, ni vivió la guerra. Nos toca escuchar", sintetizó.

Asi me nacio la conciencia...

La historia de Menchú –hoy de 48 años– espeja buena parte de la larga y compleja guerra civil guatemalteca: su militancia la obligó a exiliarse en 1981 y recién pudo regresar al país en 1996, luego de que se firmaran los Acuerdos de Paz. Sin embargo, ya desde 1983 se hizo conocida en el mundo entero gracias a la publicación del libro Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia, que vio la luz cuando ella tenía poco más de veinte años. Se trató de un testimonio que esta mujer indígena maya-quiché, nacida en una aldea campesina del noroccidente de Guatemala, brindó a la antropóloga Elizabet Burgos (esposa de Régis Debray, el escritor francés que participó en la guerrilla del Che en Bolivia) durante una semana de grabaciones en París. El texto funcionó como relato de difusión de la realidad del campesinado indígena guatemalteco y los conflictos políticos que envolvían al país desde la década del '60, llegando a traducirse en más de doce idiomas. Más tarde, a principios de los '90, este libro también desató polémicas sobre la autenticidad de algunos tramos del relato. Menchú fue respaldada por decenas de intelectuales que vieron en esas acusaciones una campaña de descalificación en su contra. Sin embargo, la fuerza de aquel testimonio en el momento de su aparición radicó en que la palabra de Menchú asumía una voz colectiva: "Quiero hacer un enfoque (en) que no soy la única, pues ha vivido mucha gente y (este testimonio) es la vida de todos". La cultura de los pueblos en el Altiplano guatemalteco es retratada bajo múltiples imágenes: la resistencia por los derechos a la tierra, los ritos de nacimiento, casamiento y extremaunción, la explotación del trabajo en los campos de algodón y café, la migración a la ciudad y la opresión de las mujeres tanto en las culturas ladina (no indígena, mestiza) como indígena. Pero también se retratan los caminos de organización y defensa que las poblaciones urbanas y campesinas protagonizaron en medio de la ofensiva represiva.

Asi nacio como candidata...

El flamante movimiento Winaq fundado por Menchú no busca ser "exclusivamente indígena, sino una expresión multicultural y multilingüe", declaró su líder. Además del PEG, acompañan su candidatura diversos intelectuales, líderes religiosos, activistas de derechos humanos y representantes de la mayoría de las 23 etnias indígenas de origen maya que habitan Guatemala y que son más del 40 por ciento de la población del país.
 
El contexto guatemalteco es de los más complejos de América latina: el genocidio tras casi cuatro décadas de guerra significó, según la Comisión de la Verdad, más de 200 mil víctimas entre asesinados y desaparecidos. Y la historia militar y paramilitar de crímenes sigue estando pendiente en términos de juzgamientos a los responsables.
 
Otra de las graves consecuencias del conflicto armado que se prolonga actualmente es el feminicidio, frecuentemente comparado en su gravedad con el de Ciudad Juárez en México. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, sólo entre 2001 y agosto de 2004 fueron asesinadas 1188 mujeres en Guatemala. Las mayoría de las víctimas fueron mujeres entre los 12 y 25 años, que viven en los barrios marginales de las ciudades. Según algunos medios informativos, en los dos primeros meses de 2007 han sido asesinadas 105 mujeres y otras 578 el año pasado, muchas torturadas y violadas antes de morir. Según ha reconocido el propio gobierno, apenas 25 casos fueron objeto de una investigación. En este complejo escenario, el diagnóstico que hace Menchú de la Guatemala actual tiene como prioridad la "seguridad": el principal problema –dijo– es "cómo podemos enfrentarnos al crimen organizado. Junto con la corrupción y el narcotráfico, ha constituido una fuerza que no es paralela al Estado. Es realmente un Estado dentro de él. (...) Si la delincuencia organizada llega a los tribunales, al rato está libre, porque no se garantiza la seguridad del juez. Esta situación no se puede limpiar en un período de gobierno. Pero sí crear un plan adecuado de trabajo", declaró Menchú en Madrid.
 
Algunos análisis ya señalan un eje indígena impulsado por Evo Morales en Bolivia y por la política del presidente Rafael Correa en Ecuador, a la que Menchú podría sumarse. Menchú respondió prudente a la insinuación: "Winaq debe usar su propio traje, tener su propio corte y confección. Somos hermanos, podemos aprender mucho de Ecuador, de Bolivia, de otros países. Occidente nos quiere uniformar, pero no somos uniformados, somos multicolores, así como somos diversos".

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Casimira Rodríguez, la empleada doméstica que fue ministra de justicia de Evo Morales


"Los grandes machos de la ley han visto arrebatado su espacio"
/fotos/20070319/notas/NA13FO01.JPG
Salió a los 13 años de su comunidad aborigen a trabajar en la ciudad.
Padeció humillaciones y desprecio. Y terminó encabezando la Federación
Latinoamericana de Trabajadoras del Hogar. Sin ser abogada, fue parte
del primer gabinete del presidente boliviano. Aquí relata su lucha contra
el sometimiento y la experiencia como ministra, un período en el que no
dejó de sufrir discriminación.

Por Mariana Carbajal/ Página 12/ 19 de marzo de 2007


–¿A qué edad empezó a trabajar?
–A los 13 años. Me fui de mi comunidad a trabajar a una casa de familia
en la ciudad de Cochabamba. La llegada a la ciudad es muy difícil, es como
cuando un migrante sale por primera vez de su país y llega a otro.

–¿Quién la llevó a la ciudad?
–Creo que fui víctima de una situación de tráfico. Las personas de la
ciudad se encuentran acostumbradas a llevar chicas desde el pueblo con
promesas de que vamos a ganar un buen sueldo y vamos a poder ayudar a la familia.
Eso me sucedió a mí. Pero cuando llegué a la ciudad, las condiciones fueron
totalmente distintas. El problema es que una no sabe cómo hacer el
trato, no sabe negociar las condiciones de trabajo, no sabe para cuántas personas
va a trabajar y cuando ya está en la casa se da cuenta de que está sometida
a una cantidad de trabajo muy grande. En mi caso, empecé a trabajar en una
casa donde había quince personas, entre abuelos, yernos, hijos, nietos. Los
horarios de trabajo eran extensos. Era muy normal para la señora de la
casa levantarme a las cinco y media o seis de la mañana y tenía que trabajar
hasta las once de la noche. Tenía que lavar para quince personas,
cocinar para quince personas. Fue una experiencia totalmente brutal para mí:
por un lado, sentía el cansancio y por otro, desconsideración.

–¿Sufrió mucho?
–El despertar para mí era una lucha. Cuando algún niño se enfermaba era
mi culpa. Y todo el tiempo tenía que cargar a la guagua. Yo sentía que
desde el niño más pequeño hasta el más grande podían utilizar a la persona que
hacía el servicio. Ellos tenían la idea clara de que podían humillarme. Me
decían: "Oye, tu madre es de pollera y mi madre de vestido". O decían a sus
compañeritos: "Mirá, yo tengo a mi empleada", una forma de mostrar su
status, de hacer ver que alguien los sirve. En la ciudad tuve incluso
que aprender a mentir porque la señora de la casa me decía que dijera que
ella no estaba cuando venía gente a cobrar plata a la casa. No tenían
ninguna  consideración sobre mí, que era una niña y no me permitían tener ni una
salida. Cuando reciben niñas del campo en la ciudad creen que las
pueden explotar como si fueran animales, no hay una conciencia de que pueden
cansarse, de que les gustaría estudiar, de que es duro el cambio de
dejar la comunidad e ir a la ciudad.

–¿Y cómo era su vida en su comunidad antes de partir a la ciudad?
–Mi familia me trataba con cariño, me cuidaba de que no levantara cosas
pesadas, desde una manera muy pedagógica me estaban enseñando a hacer
muchas cosas en la comunidad y de pronto en la ciudad, terminé haciendo todas
las tareas, limpiando los platos, cuidando los niños, ayudando a comprar al
mercado, hasta me despertaban a cualquier hora.

–¿Le pagaban bien, al menos?
–No, nada.

–¿Y por qué no se iba de la casa?
–Mire lo que sucedía: cuando la señora viajaba a mi pueblo, le decía a
mi  mamá: "Tu hija no quiere venirse, quiere estar allá". Y a mí me decía:
"Tu  familia está muy bien, quiere que te quedes con nosotros". Recién a los
dos años llegó mi mamá a verme y tomé la decisión de escaparme para irme
con ella.

–¿No podía decir "me quiero ir, no quiero trabajar más"?
–No, porque a una la manejan psicológicamente. Te dicen: "No, no te
vas, ya sos parte de la familia, te queremos mucho, te vamos a comprar tal
cosa". Es todo un cuento. Me decían que si me iba de la casa me iba a ir muy mal
afuera. Te bloquean psicológicamente. Tampoco me dejaban hablar con la
tiendera ni con un vecino.

–¿Estas situaciones de explotación laboral siguen ocurriendo en
Bolivia?
–Pasan todavía. Cada tanto se rescata a niñas. Hay una conciencia muy
colonialista y no sólo en Bolivia. Estudios de la OIT muestran que
todavía hay en Latinoamérica niños y niños que trabajan igual que una persona
grande, que no reciben salario o que lo reciben sus papás.

–¿Cómo llegó a convertirse en líder del sindicato de trabajadoras del
hogar? ¿Cómo fue el camino desde aquella niña de 13 años?

–Después de regresar a mi comunidad y reencontrarme con mi familia,
volví nuevamente a la ciudad. Las condiciones salariales eran más justas,
pero persistía la situación de fuerte discriminación en el sentido de que
como trabajadora del hogar eres persona, sólo tienes que obedecer. Para
servir, eres persona, pero para opinar, ya no existes. En este segundo
trabajo, en algún momento me encontré con otra trabajadora del hogar del barrio y
me invitó a un grupo que se reunía en una parroquia, donde enseñaban corte
y confección y alfabetización los domingos.

–¿No había podido ir a la escuela?
–Fui en mi comunidad, pero la enseñanza era en castellano y yo hablaba
en quechua.

–¿De ese grupo nació la fundación del sindicato de trabajadoras del
hogar?
–Sí, en 1987. Ese grupo fue muy importante porque aprendimos a
reflexionar  sobre la realidad que vivíamos, gracias al apoyo de educadores
populares que nos hicieron ver la situación de explotación, de discriminación. Fue un
despertar a nuestros derechos, a valorar nuestro origen. Y ese despertar para mí ha sido una fiebre que me ha llegado para poder también informar y compartir esos derechos con otras hermanas del barrio. De pronto, mi
enfermedad empezó a contagiar a otras mujeres: a través de las
dinámicas de grupo que nos habían enseñado los educadores populares otras compañeras
empezaron a reflexionar. El grupo tenía una orientación muy ecuménica,
no era muy católico, ni muy evangélico, ni muy andino, existía esa
diversidad.
A partir de esos encuentros también nace la necesidad de trabajar en
una propuesta que terminara con la discriminación de la Ley General del
Trabajo.  Esa ley reconocía la mitad de los derechos para las trabajadoras del
hogar, es decir, no valían como una persona completa ante la ley.

–¿A qué se refiere?
–Si para los trabajadores normales y corrientes la jornada laboral era
de ocho horas, de lunes a viernes, para las trabajadoras del hogar era de
16 horas y sólo tenían seis horas de descanso los domingos. Mientras que
un contrato de trabajo para cualquier trabajador se debía legalizar en el
Ministerio de Trabajo, la trabajadora del hogar tenía que ir a la
policía como si fuera una delincuente. Por estas diferencias empezamos a
trabajar en una propuesta de ley. Y una vez que la presentamos en el Congreso ante
senadores y diputados y en el Ministerio de Trabajo, iniciamos una
proceso  bastante largo, de casi doce años hasta su aprobación, que se concretó
en el año 2003. En todo ese tiempo fortalecimos la organización: fundamos
primero la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar de Bolivia, en 1993.
Luego visibilizamos la organización y generamos algunas campañas. Nuestras
organizaciones tenían vida los días domingos únicamente. Los propios
movimientos sociales no nos querían aceptar, nos discriminaban, por el
hecho de ser campesinas en la ciudad. Les ha costado aceptarnos y
reconocernos como organización. Cuando ya logramos visibilizarnos, cuando logramos
salir en los medios de comunicación, fue madurando nuestra reivindicación y
fuimos cambiando nuestras consignas: al principio decíamos: "¡Queremos la ley,
queremos la ley!". Sin embargo, empezamos a tomar la letra de la propia
Constitución y a reivindicar que la servidumbre es inconstitucional. La
nueva consigna fue: "No queremos más esclavas modernas".

–¿Qué régimen de trabajo fijó la nueva ley para las trabajadoras del
hogar?
–Jornadas de trabajo de ocho horas. Para las internas, las que trabajan
con "cama adentro", de 10. Vacaciones de 15 días, igual que para todos los
trabajadores. Descanso los fines de semana, y los días feriados.
Indemnización según los años de trabajo. Pero nos ha costado mucho la
aprobación de la ley porque a los políticos les ha costado aceptar
nuestros derechos, salió afuera lo que estaba oculto, las actitudes dentro de la
casa comenzaron a salir. Hemos escuchado muchas críticas de parte de
empleadoras y empleadores, calificativos, desprecios. Los propios políticos no le
daban prioridad al tema.

–¿Y se encontraron con resistencias a la hora del cumplimiento de la
ley?
–Sí, ha habido muchas idas y vueltas. Costó mucho a nivel político y
social que se reconociera que tuviéramos los mismos derechos que los demás
trabajadores. Estamos en el proceso del cumplimiento desde el 2003.
Pero gracias a toda la lucha que hemos dado, las denuncias empezaron a salir
y en cada departamento nuestro sindicato se está encargando de que se haga
cumplir la ley.

–¿Cuántas trabajadoras del hogar hay en Bolivia?
–132 mil. En las ciudades, en la mayoría de las casas de clase media
hay una empleada.

–¿Cuál es el sueldo de una empleada que trabaja ocho horas?
–Varía, pero es un promedio de 50 dólares por mes.

–¿Cómo analiza la situación de las trabajadoras domésticas en la
región?
–Es una realidad bastante triste y complicada el hecho de que muchas
hermanas trabajadoras no conocen sus derechos porque vienen de
comunidades campesinas con pocas oportunidades de educación.

–¿Tienen vínculos con los sindicatos de empleadas domésticas de
Argentina?
–Solamente con el de la ciudad de Córdoba, que sé que está trabajando
muy bien.

–¿Cómo llegó a ser la primera ministra de Justicia del gobierno de Evo
Morales?
–Todo el proceso de aprobación de nuestra ley nos permite conocernos
con otros líderes sociales, entre ellos Evo. Creo que la invitación del
hermano Evo ha sido de alguna forma una reivindicación por nuestra lucha social
en representación de uno de los sectores más postergados de la sociedad,
pero a la vez fue un sopapo muy diplomático hacia quienes han administrado la
Justicia históricamente en el país. Fue una experiencia muy interesante
para muchas mujeres el hecho de tener una ministra de pollera ahí donde los
grandes machos de la ley siempre han estado. De pronto, ellos han visto
arrebatado su espacio. Para mí fue una escuela muy importante. He
sentido el apoyo de las mujeres, pero también las presiones políticas, que han
sido fuertes. A mí misma me ha costado entender la gran responsabilidad que
significa ser una ministra de Estado. En un momento como secretaria
general de la Confederación Latinoamericana de Trabajadoras del Hogar las
compañeras me dijeron: "Ahora, Casimira, tú tienes que mirar Latinoamérica, no
eres de tu país". Y en el momento que llegué a ser ministra recordé esa frase y
dije: "Ahora tengo que mirar a todos los bolivianos y no solamente a un
sector". Eso ha sido muy satisfactorio.

–¿Se sintió discriminada por el hecho de ser una ministra campesina e
indígena, "de pollera", como dicen ustedes?
–Cuando asumí, el Colegio de Abogados pidió mi renuncia. El
viceministro, que era un hombre tradicional de la Justicia, nunca aceptó que yo fuera
su autoridad. Todo el tiempo me decía: "Oye, te enseño...". O: "Pero estas
ideas no sirven...". Esas actitudes te muestran el machismo. Los
primeros días hasta la secretaria que tenía asignada tenía una actitud
discriminatoria y de desprecio. Los jueces tampoco me aceptaban. A
veces, pedía ciertos trabajos y no se hacían oportunamente o llamaba a una
reunión y no aparecían a la hora indicada.

–¿Qué diferencias hay entre la Justicia ordinaria y la de las
comunidades campesinas?
–Muchas. La Justicia ordinaria es un sistema que no está respondiendo a
la población. Hay cantidad de demandas por demoras en las causas, las
personas que no tienen recursos económicos son discriminadas a la hora de
acceder a la Justicia. Se termina brindando justicia a un grupo privilegiado. En
las comunidades es totalmente diferente. Es una Justicia que no entrega
privilegios, más transparente. Y la sanción surge de un consenso entre
la población y no sólo afecta a una persona sino que llama a la reflexión
a toda su familia y no la separa de ella. En la Justicia, la mayor parte
de los castigos son penas de prisión: la persona es alejada de su familia
y en vez de darle una oportunidad, va a volver con una situación más
complicada.

–Por ejemplo, ¿cómo se encara un caso de un robo en una comunidad?
–La comunidad investiga y decide cuál será la sanción. Generalmente es
un resarcimiento a la persona afectada, pero no con plata sino con
trabajo. De esa forma, el resarcimiento se da pronto y es oportuno. Es una decisión
integral: interviene el permiso de la Pachamama, de Dios, de la
comunidad. Es un proceso que se hace delante de todos. En el gobierno de Evo
Morales estamos trabajando en un proyecto de ley para que la Justicia
comunitaria sea reconocida y respetada en sus diversidades y formas de practicarla.
No hay una única manera. En un lugar, un robo puede tener como castigo un
trabajo y en otro, lo pueden exponer al ladrón públicamente para que
todos vean quién es. En algunas regiones la resolución de conflictos se hace
por escrito y queda registrada la sanción en un cuaderno de actas, en otras
no, es oral y se cumple. Esa sabiduría de nuestros pueblos es muy
importante, muy significativa. Nuestro presidente ha creado un Viceministerio de
Justicia Comunitaria para fortalecerla. No aceptamos reconocer el
linchamiento o la muerte.

–Hubo un caso de un alcalde que fue linchado ...
–Ese fue un exceso que lamentablemente ha sido mostrado por la prensa a
nivel internacional como Justicia comunitaria. Pero no lo es. Como le
decía, Justicia comunitaria es un consenso.

–¿Por qué dejó el gobierno?
–Todos los ministros pusimos a disposición del presidente las renuncias
al cumplirse un año del gobierno y el hermano Evo decidió algunos cambios,
entre ellos, que yo dejara el cargo.

–¿Cuál es su próximo desafío?
–Con toda la experiencia que gané en el ministerio quiero seguir
trabajando en el fortalecimiento de las mujeres, no sólo las de mi gremio, sino
también las de otras actividades.

–¿Tiene hijos?
–No.

–¿Y pareja?
–Ahora me voy a dedicar a buscarla (se ríe a carcajadas). Hay muchos
solteros en el gobierno: el presidente, el vicepresidente, muchos
ministros y viceministros. Uno necesita tiempo para una familia y me he dedicado
mucho tiempo al gremio de las trabajadoras del hogar, cada domingo, que era
el único día que nos podíamos reunir. La vida en pareja quedó en un
segundo o tercer plano. El tiempo pasó y no me di cuenta. Para ser un buen líder
es sumamente importante estar bien con la familia, con la pareja, con el
espacio de vida y con el trabajo. Por eso pienso que algo he dejado.
Vas pagando un costo, todo el éxito de una mujer se paga con un precio. Si
hubiera tenido hijos no creo que hubiera alcanzado lo que logré.

–¿Tiene empleada doméstica en su casa?
–Cuando fui ministra mis colaboradores me decían: "tienes que tener una
ayuda". Nunca tuve una empleada. Tener una trabajadora del hogar para
mí siempre fue una contradicción.

--------------------------------
Subnota

¿POR QUE CASIMIRA RODRIGUEZ?
Una mujer "de pollera"

Por Mariana Carbajal

A los 13 años emigró de su comunidad indígena, en el campo, rumbo a la
ciudad de Cochabamba y empezó a trabajar a cambio de techo y comida, en
condiciones casi de esclavitud. Ocho años después, esta mujer quechua,
de trenzas larguísimas y pollera campesina, de hablar sencillo e ideas
firmes, fundaba el sindicato de empleadas domésticas. Casimira Rodríguez llegó
a ser líder de la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar de Bolivia y
también encabezó la Confederación Latinoamericana. Tiene 40 años y la
mayor parte de su vida se dedicó a luchar contra la discriminación y el
sometimiento de las trabajadoras domésticas, y en esa lucha consiguió
la sanción de una ley que regula el horario de trabajo y el derecho a
indemnización y aguinaldo para el sector. Hace poco más de un año, el
flamante presidente Evo Morales la sorprendió al designarla ministra de
Justicia: sin título de abogada –terminó el bachillerato en una escuela
nocturna para adultos y actualmente cursa el segundo año de la carrera
de Antropología– Casimira Rodríguez ocupó el cargo hasta enero último,
cuando al cumplir un año de su gestión Evo cambió buena parte de su gabinete.
Fue la primera mujer quechua y campesina en el gobierno boliviano. Su lucha
por la reivindicación de los derechos de las mujeres continúa.


Alejandra

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domingo, 18 de marzo de 2007

Las mujeres paceñas toman las calles por la salud, la vida y sus derechos



La Paz, 18 mar (ABI).- Mujeres de todas las edades se movilizaron este domingo en una caminata que denominador "por la Mujer, la salud, la vida y sus derechos" que partió de la plaza Villarroel en Villa Fátima y llegó el Teatro al Aire Libre en Sopocachi.

La actividad, además de promover la actividad física, fue una manifestación contra la violencia hacia las mujeres.

El evento fue organizado por las direcciones de Deportes y Derechos Ciudadanos de la Comuna paceña. Participaron representaciones de la Policía Nacional, la Brigada de Protección a la Familia, Las Fuerzas Armadas, unidades educativas, el Viceministerio de Deportes y organizaciones femeninas ligadas al trabajo con la mujer.

La concentración se realizó desde las 09:00 en la plaza Villarroel. Amenizadas por dos bandas, las mujeres deportistas recorrieron gran parte de la avenida Busch, ingresando por la calle Díaz Romero para llegar a la avenida Del Ejército y terminar el recorrido en el atrio del Teatro al Aire Libre.

La caminata Por la Mujer, la salud, la vida y sus Derechos también reivindicó el Día Internacional de la Mujer celebrado el pasado 8 de marzo, según explicó la directora municipal de Derechos Ciudadanos, Patricia Velasco.

A pesar de la tenue llovizna que caracterizó la jornada dominical, el casi millar de mujeres no escatimó esfuerzos para trotar, bailar y efectuar la caminata por el recorrido antes mencionado. El calentamiento se realizó en la plaza Villarroel.

La directora de Deportes, Janeth Ferrufino, destacó la amplia participación de las distintas representaciones que posteriormente se congregaron en el atrio del Teatro al Aire libre donde se desarrollaron exposiciones de paneles, números musicales y un acto de cierre.
Los grupos artísticos que dijeron presente en esta actividad de esparcimiento de las mujeres paceñas fueron: Tempestad, Cena Quina, Morenada Comibol, Zona Cero y Revolución. Además hubo técnicas de Tai Chi para la relajación, aeróbicos y premios.
Rdc/ABI ABI

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sábado, 17 de marzo de 2007

Una de cada 3 mujeres indígenas estadounidenses es violada

Tomado de: www.oloramitierra.com.mx
Por Lourdes Godínez Leal
Actualidad Etnica

México DF, 16/03/200, Maylei Blackwell, profesora de Estudios Chicanos y de Género en la Universidad de California, hizo un llamado a las comunidades indígenas mexicanas a poner un alto a la violencia contra sus mujeres y a la desmilitarización de las zonas indígenas, así como luchar por su autonomía.

La académica, quien pertenece a una tribu de Estados Unidos, lamentó que en México se continúe usando a las mujeres de las comunidades indígenas como "instrumento de guerra" por parte de los soldados, quienes a todo goce de impunidad las violan y asesinan.

En las instalaciones de la Casa de la Universidad de California, integrantes de tres tribus de Estados Unidos, expertas académicas de la Universidad de California, hablaron sobre las leyes y cortes tribales y las luchas de las mujeres por el acceso a la justicia en este país del norte.

Ahí, Blackwell lamentó el caso de la mujer indígena de 73 años de edad, oriunda de la comunidad de Tetlalcinga, Veracruz, quien murió presuntamente como consecuencia de una violación por parte de soldados mexicanos y calificó como "ridículo" que Felipe Calderón justifique esta muerte argumentando que la señora Ernestina murió de una gastritis crónica.

"Vivimos en una época de terror de Estado, donde son sus actores los que violan a mujeres y no se puede buscar la justicia ahí", señaló la activista.

La académica rechazó que las mujeres de las comunidades indígenas consideren que la violencia contra ellas es natural y que formen parte de la tradición indígena.

LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Aunque la violencia sexual y doméstica no es tolerada por las mujeres de las comunidades indígenas (tribus) de Estados Unidos, los pasos que se han dado para combatirla han sido lentos.

La abogada Maureen White Eagle quien es nativo americana, explicó que las mujeres indígenas de Estados Unidos tienen 7 veces más probabilidades de ser violadas que una mujer blanca, una de cada tres es violada y el 70 por ciento de las violaciones que son denunciadas son cometidas por personas no indígenas.

Ahí la activista por los derechos de las mujeres indígenas White Eagle señaló que diversos estudios han demostrado que las mujeres indígenas de las comunidades donde prevalece el alcoholismo tienen 90 por ciento de probabilidades de ser violadas, siete veces más probabilidades de sufrir violencia doméstica y el 75 por ciento de este tipo de violencia es cometida por no nativos de estas tribus.

Maureen White, quien además es consultora de diversas ONG en Estados Unidos, ha basado su trabajo en la creación de códigos y manuales que incorporan la violencia doméstica y la sexual en las leyes tribales.

Explicó que actualmente existen reconocidas por el gobierno estadounidense alrededor de 560 tribus.

Hay más de 250 idiomas de diferentes tribus, aunque muchas ya no hablan su lengua materna y hay cerca de 2 millones de indios en Estados Unidos.
 
PROTECCIÓN A MUJERES

Desde su experiencia ha tratado de trabajar conjuntamente con el movimiento de mujeres indígenas y han logrado impulsar las órdenes de protección a mujeres.

"Ha sido todo un proceso" señala, las mujeres líderes de las comunidades han jugado un papel determinante para enfrentar este problema que las aqueja, pero que también tiene que ver con los hombres y sus tribus.

Las académicas coincidieron en la necesidad de trabajar en el desarrollo de leyes tribales que enfrenten la violencia contra las mujeres y no en tribunales federales, porque ante todo, señalaron, hay que respetar la soberanía de estos pueblos.

La reunión fue organizada como parte de los seminarios de Antropología Jurídica y de Género y Etnicidad, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y la Casa de la Universidad de California en México.

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viernes, 16 de marzo de 2007

Mujeres: rostro de incansables luchas por sus derechos

Guatemala

Mujeres: rostro de incansables luchas por sus derechos

Enviado por: CERIGUA en Jueves, 15 Marzo, 2007
Escuintla
Desde 1857 millones de mujeres han marchado por las calles de las diferentes ciudades del mundo, en demanda de trato justo en sus puestos laborales, acceso a sus derechos políticos y económicos, señalaron varias expertas en el tema femenino, cuyas posiciones fueron difundidas en el programa radial de Cerigua Elijamos Nuestro Futuro, en Radio Libertad de Escuintla.

De acuerdo con datos históricos, sobre hechos que dieron inicio a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la primera movilización se llevó a cabo en 1857 por un grupo de trabajadoras textiles en Nueva York, en protesta por las miserables condiciones en que desarrollaban sus labores.

En Guatemala las féminas también han luchado en busca de aperturas de espacios sociales, culturales, económicos y políticos; poco a poco las guatemaltecas han roto el silencio para denunciar los atropellos en su contra.

Floridalma Contreras, experta en el tema de trabajadoras de la maquila, señaló que en este sector de la economía es donde más explotación existe, no sólo contra las trabajadoras sino contra los hombres.

Las empleadas de casa particular también sufren las peores humillaciones, por su condición de género, económico y étnico, destacó Maritza Velásquez, quien da acompañamiento a esta población.

Por su parte, Ileana Alamilla, directora de Cerigua y conocedora del feminismo, gracias a su trabajo periodístico, destacó que el Día Internacional de la Mujer no es una fecha de fiesta y de felicitaciones, sino que es una oportunidad para reflexionar y honrar a las mártires.

Alamilla recordó que las luchas femeninas empezaron mucho antes de las fechas que se mencionan, ya que antes de 1908, cuando las socialistas marcharon en Estados Unidos para exigir sus derechos políticos y económicos, ya se habían protagonizado otras acciones reivindicativas.
Fin Cerigua

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Mujeres rechazan imágenes sexistas

Mujeres rechazan imágenes sexistas

Enviado por: CERIGUA en Jueves, 15 Marzo, 2007
Guatemala
Ninguna causa justifica la utilización del cuerpo de las mujeres como objeto de burla, como sucedió en el caso de una de las mantas presentadas ayer por el movimiento magisterial, indicó Ada Valenzuela, de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG).
A decir de Valenzuela, hay miles de maneras para demostrar el descontento que se tiene, pero se debe erradicar la utilización de la imagen femenina y principalmente la denigración de sus cuerpos.

Según la representanta de UNAMG, la propaganda, las pancartas, la publicidad y los anuncios que muestran figuras femeninas llevan consigo una carga extrema de misoginia y odio hacia este sector y pese a que esta legislado en la Ley de Dignificación de la Mujer, se siguen observando este tipo de escenas.

Valenzuela instó a que todas las mujeres integrantas del movimiento social se unan y rechacen todas las acciones denigrantes, con el fin de hacer valer su derecho a ser respetadas en sus agrupaciones.

Finalmente, Valenzuela, dijo a Cerigua que UNAMG iniciará un proyecto donde se hará énfasis a la no utilización la imagen de las mujeres en la publicidad, ya que el sexismo es un

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jueves, 15 de marzo de 2007

Guatemala: Sensibilizan para respetar derechos de la mujer indígena

GUATEMALA:
SENSIBILIZAN A LA CIUDADANÍA PARA RESPETAR DERECHOS DE LA MUJER INDÍGENA
 
Telediario 14/03/2007 - 09:20.
• El racismo, la discriminación y el poco acceso a la justicia, son los principales problemas que enfrenta la mujer indígena en el país. Según el vicepresidente, Eduardo Stein, se ha iniciado una campaña de sensibilización para el respeto de los derechos de las mujeres mayas.

El vicemandatario indicó que para Guatemala un país con diversidad cultural grande, es importante que una organización gubernamental como la Defensoría de la Mujer Indígena pueda informar año con año a la ciudadanía los avances en materia de integración de la mujer indígena.

"Ha ayudado hacer conciencia en la capital y centros urbanos no indígenas de este objetivo general de igualdad que todos esperamos contribuir en un Estado democrático como Guatemala", expresó.

Según el segundo informe de la Defensoría de la Mujer Indígena, urge reformar el Código Penal, para tipificar los delitos de violencia intra familiar y acoso sexual, entre otros.

La violencia intra familiar es el problema más denunciado por las mujeres indígenas. El estudio se efectuó en Alta Verapaz, Guatemala, Huehuetenango, Izabal, Jutiapa, Quetzaltenango, Quiché y Suchitepéquez.
Autoridades de gobierno recibieron ayer, de manos de María Teresa Zapeta, coordinadora de la Demi, el informe que contiene un análisis del acceso de las mujeres indígenas al sistema de justicia.

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lunes, 12 de marzo de 2007

Carta de Luisa y Juana Calfunao Paillalef

Carta de Luisa y Juana Calfunao Paillalef
Comunera y lonko de la comunidad  Juan Paillalef
Territorio Mapuche c.d.f.
 
 
 
Somos  mujeres mapuches y estamos imputadas, condenadas en la cárcel de Temuco.
 
El estado chileno y sus tres poderes mantienen una política de exterminio con nuestra raza mapuche.
 
Este territorio que es ocupado por los chilenos, aquí es legal golpear una mujer mapuche, no constituye delito, la política y latifundista no tienen sanciones es mas lo ascienden de grado, nos miran como museos vivientes, cuando defendemos nuestros derechos de madres y mujeres nos encierran como animales, creen que nos van a domesticar ¿con que moral nos encarcelan a los hombres y mujeres mapuches si estos mismos que ejercen la fuerza con nuestro pueblo, son los mismos que roban en el gobierno.   Ej.: Becas presidenciales, chile deporte, empresas fraudulentas y fraude al fisco etc., etc. 
 
Mujeres  del mundo, las invito a reflexionar frente a todas las injusticias de que somos victimas las mujeres en chile y en el mundo a sacar la voz ,a no tener miedo, a defender nuestros hijos y nuestro hogar ,a nuestra familia en general
 
En el nombre de nuestra comunidad y nuestra familia queremos expresar nuestros más fraternos y afectuosos  Saludos a ustedes mujeres del mundo.
 
También quiero saludar a estas respetadas mujeres Evelyn mattei senadora de la republica, y Maria angélica cristi  diputada que estos días visitaron la cárcel y pasaron por nuestra tierra.
 
Quiero decirles que es triste tener un hijo en la cárcel, creo que ellas nos entenderán a nosotras, tenemos toda nuestra familia en la cárcel, es decir estamos todos detenidos, nos alegramos al escucharla ya que por primera vez se escucho la palabra ensañamiento de los tribunales, peligro para la Sociedad, montaje de tribunales, etc, etc.
 
Si hay algo que nos une como mujer es lo mismo,  impotencia y desprecio por los tribunales injustos y la misma pena por los hijos detenidos! verdad señoras ¡que manejan el poder con cariño a toda las mujeres que vivimos la injusticia cariño y fuerza a las mujeres que sufren por defender sus derechos
-defendiendo derechos
-defendiendo mujeres
 
  Luisa Calfunao y Juana Calfunao
 
  Cárcel de Temuco Wallmapu
        
  Territorios Mapuches
 
  Temuco,06-03- 2007
 

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