viernes, 26 de noviembre de 2010

Sylvia Rivera Cusicanqui: “Vivimos un colonialismo republicano”


ECUADOR

La socióloga y activista boliviana habla sobre la descolonización y género en la Feria del Libro.


26.11.2010/ La socióloga y activista boliviana,  de ascendencia aymara, ha  estado vinculada al movimiento katarista y el cocalera en su país. Llega como invitada de honor a la Feria del Libro  para hablar sobre la descolonización en la sociedad moderna.

 ¿Cuáles son los términos generales de su ponencia en la Feria del Libro?
Yo he hablado sobre colonialismo y género: no puede haber descolonización sin un diagnóstico, porque en nuestros países es normalizado, entonces no se siente, ni se ve ni se expresa. Hay una invisibilización incluso en mucha gente progresista. ¿Qué es la colonización y cómo se manifiesta? No hay un diagnóstico.


Cuál sería el diagnóstico y cuáles  los rezagos del colonialismo?
Uno de los elementos es la adopción de formas verbales, adopción de agendas plurinacionales pero solo de palabra. La gente habla mientras tiene sirvientas en sus casas, entonces es obvio que no están dispuestos a una descolonización porque sino lavarían platos, pero no hablan del tema y prefieren usar palabras bonitas. El colonialismo tiene a las palabras como papel encubridor; vivimos un colonialismo republicano.

Tomando la historia, las poblaciones indígenas también tuvieron prácticas colonialistas como los Incas.

Ustedes tienen ese mito porque   han hecho    la guerra con el Perú, y necesitan un mito nacionalista para explicar que los Incas eran colonialistas y resolver sus problemas. Es un tema de las oligarquías, no de la historia. Sí ha habido dominación, no la puedo negar, pero en los Andes bolivianos no se ha necesitado del colonialismo Inca, porque no hemos tenido guerra con el Perú. Los aymaras asumen el horizonte Inca diferente. Ha habido sociedades con el Estado y en contra de él. El hecho que yo  resista la dominación de blancos contra indios no quiere decir que acepte la dominación de indios sobre indios. Mi papel está en denunciar toda opresión como una intelectual comprometida. Ahora mal de muchos consuelo de tontos. Si tú te escudas de tus actitudes coloniales, diciendo que ellos también son colonizadores, pues qué pena por ti.

Basándonos en estas estructuras más orgánicas y positivas, ¿cuál sería un modelo actual contemporáneo?
Hay una realidad muy clara, por ejemplo la crisis de ciertos sistemas de organización social como el capitalismo salvaje, el cual ha destruido nuestras posibilidades de superviviencia como especie en el planeta. Así como  la forma estatista socialista, que nos ha dejado un sabor de dictadura. En esos polos qué alternativa hay, pues una sociedad comunitaria. Una comunidad como espacio de autogestión, de democracia, de pluralidad y de articulación de la diversidad. Ahí deberíamos trabajar para salir del capitalismo de Estado  que vive de burbujas financieras. Ahí emerge la racionalidad indígena que debe ser reinventada, no asumirla tal cual, no al machismo ni el alcoholismo indígena, sino repensar en la comunidad.


En el Ecuador el movimiento indígena es muy fuerte. Se habla de un interés de llevar este pensamiento de comunidad  a pequeñas naciones con ciertos privilegios. Por ejemplo, la justicia indígena, de alguna forma, se  aplica la violencia a los delincuentes pero al margen del Estado.
No  entiendo la pregunta. ¿Tiene miedo de que el país se vuelva  5 países chiquitos?  No se preocupe, eso no va a pasar. Es la típica paranoia mestiza. El mestizo no tiene identidad, salvo que asuma su ancestro indio y vive angustiado. Eso lo resuelve con nacionalismo, con la bandera, con el himno, con la geografía  y los mapas. Es chauvinista y a veces ultraconservador. No creo que el horizonte de los indígenas sea fragmentar el Estado. Lo de la justicia es autonomía. En la justicia indígena si a alguien se lo acusa de haber robado dinero, tiene que devolverlo. No es cuestión de meterlo a la cárcel. Busca el arrepentimiento y la reinserción a la comunidad. Opera de inmediato, y la sanción moral va de la mano de la sanción social y jurídica. Ojalá todas las justicias funcionaran así.

Pero acá se lo hortiga y luego se lo baña con agua fría...
Ah sí. Es la búsqueda del arrepentimiento. Allá también hay métodos rituales,   para alguien que ha trasgredido alguna norma. Se lo hace dormir en un cementerio y que su culpa le provoque tanto miedo que  cambie de conducta. ¿Es mejor tener a un sujeto hacinado y expuesto a la violencia de todo tipo? Yo prefiero la ortiga mil veces.

Usted habla mucho de la mujer en los modelos indígenas.
Pues es una tarea pendiente. La mujer no tiene mucho valor en los modelos indígenas. La equidad de género es hasta utópica, pero se cruza el género con el colonialismo. No se plantea la corresponsabilidad doméstica ni paterna, porque tiene quien lo haga, otra mujer. Las tareas más difíciles del trabajo doméstico recaen en una mujer, es una cuestión de género. Pero la mujer mestiza criolla de élite ha perdido un elemento de negociación con el compañero. Él puede botar la ropa en la casa y no importa, hay una mujer indígena que la recogerá. Es tenaz. No puede haber feminismo si sigue habiendo esa opresión de mujer a mujer.
  Usted habla de la no hibridación de las culturas mestizas.

Todo depende de cómo convivan. Si a mí me dicen que baile pluriétnico es que  esté una señorita con pestañas postizas y moviendo su cuerpo como bataclana, pues no gracias. Cada mestizo debe reconocer al indio que lleva adentro y lo debe elevar a un interlocutor válido y coexiste con esa contradicción. También debemos recuperar elementos de la cultura occidental, por ejemplo la noción de persona, de libertad e igualdad. Es el mundo donde los contrarios coexisten sin fundirse. Las mulas son híbridas, además son estériles.  El blanco se cree universal y no lo es. Es el más particularista. En Estados Unidos la servidumbre es latina. Ese es el rezago más fuerte  y acá también pasa lo mismo. Con esos patrones estamos fomentando el colonialismo.

 En las artes plásticas, hay lo indígena y lo mestizo. Eso le ha dado una particularidad fuerte en el mundo. Ese es un ejemplo de fusión.
No hablo de fusión sino de yuxtaposición. Te puedo hablar de la música. Es un gris, pero   en el mundo  aymara si tú te acercas verás claramente el blanco y el negro. Es el mundo de contrarios  más enriquecedor. Esta yuxtaposición de contrarios   crea una vibración estética  muy particular del arte en países como los nuestros. No es incómoda esa contradicción. No nos ha matado, sino que nos ha dado mucha riqueza.


DATOS

Rivera está vinculada al movimiento indígena katarista y al movimiento cocalero en Bolivia.

Junto con otros intelectuales indígenas y mestizos fundó el Taller de Historia Oral Andina, grupo que trabaja temas de oralidad, identidad y movimientos sociales indígenas y populares, principalmente en la región aymara.


Por Esteban Fuertes


Fuente: El Telégrafo
Difunde: Ukhamawa Noticias
 "Así es" en lengua aymara

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