Por Alejandra Flores Carlos *
“A Bartolina Sisa Muger del Ferós Julián Apaza o Tupa Catari, en pena ordinaria de Suplicio, y que sacada del Quartel a la Plaza mayor por su sircunferencia atada a la cola de un Caballo, con una soga de espatro al Cuello, y Plumas, y una Aspa afianzada sobre un Bastón de palo en la mano y a vós de pregonero que publique sea conducida a la Horca, y se ponga pendiente de ella hasta que naturalmente muera; y después se clave su caveza y manos en Picotas con el rótulo correspondiente, y se fijen para el público escarmiento en los lugares de Cruzpata, Alto de San Pedro, y Pampaxasi donde estaba acampada y Precidía sus juntas sediciosas; y fecho sucesivamente después de días se conduzca la caveza a los pueblos de Ayohayo, y Sapahagui de su Domicilio y origen en la Provincia de Sicasica, con la orden para que se queme después de tiempo, y se arrojen las senizas al aire, donde estime convenir”.
Un 5 de septiembre de 1782, una mujer indígena muere cruelmente torturada. En su honor se eligió conmemorar esa fecha como el Día Internacional de la Mujer Indígena. Esa mujer se llamaba Bartolina Sisa.
Bartolina, como muchas jóvenes, creció en su ayllu y era tejedora e hiladora hasta que conoce a Tupac Katari (Julián Apaza), con quien después se casaría. Junto a Tupac Katari, en la zona de la Paz y Tupac Amaru y Micaela Bastidas, en el Cuzco, Perú, organizan a los quechuas y aymaras en su lucha contra el yugo español.
Entre muchas acciones realizadas por estos líderes y lideresas indígenas, destaca el cerco a la ciudad de La Paz, en 1781, que se extendió por más de 100 días y donde se anotan varias victorias a favor. Bartolina no era una más en estas lides, sino que comandaba los ejércitos quechua-aymaras con gran éxito.
En el fragor de estas luchas y producto de una traición, Bartolina es apresada en el mes de julio de 1781 y un 5 de septiembre de 1782 es sentenciada a muerte junto a su cuñada Gregoria Apaza, otra gran heroína aymara. Ambas son torturadas y vejadas públicamente por las calles de La Paz.
Bartolina es ahorcada y descuartizada, para dejar cada una de sus extremidades en los lugares donde ella comandó las tropas indígenas. Su cabeza fue colgada en la localidad de Jayujayu (provincia de La Paz). Así se pretendió amedrentar a los aymaras y quechuas que luchaban para terminar con los atropellos y abusos de los españoles.
Esa fuerza y tesón de esta gran luchadora aymara es la que ha trascendido la historia.
Los tiempos han cambiado, indudablemente, las Bartolinas de hoy, inmersas en un mundo globalizado, siguen luchando por mejorar sus condiciones de vida y de sus pueblos, luchando contra un sistema económico brutal que arrasa con pueblos enteros. Luchando contra el racismo y la discriminación aún presentes. Luchando por un mundo mejor para todos y todas, con mayor justicia social, con respeto por la diversidad cultural, con respeto por la dignidad de las personas.
Es por ello que éste y todos los 5 de septiembre, las mujeres indígenas decimos
Es por ello que éste y todos los 5 de septiembre, las mujeres indígenas decimos
¡¡Jallalla Bartolina Sisa!!
* El año pasado escribí esta nota, que obviamente no pierde actualización y que con algunos retoques doy a conocer este año.