miércoles, 26 de noviembre de 2014

Mujeres Indígenas colombianas trabajan por una vida libre de violencia

16 Días de Activismo contra la Violencia de Género

"Las mujeres somos pensamiento, libertad, vida. Un golpe, una mala palabra, un mal trato, daña todo esto. Nuestro cuerpo, pensamiento y espíritu hacen parte del territorio sagrado"

El Consejo Nacional de Mujeres Indígenas de Colombia, y delegadas de las organizaciones ACIN y OIA, Córdoba y Chocó, se reúnen en la gran maloka de su Organización Nacional con el fin de unir voces y pensamientos en un solo camino: "la violencia contra las mujeres no tiene justificación, y además de sancionada, debe ser eliminada".


Durante dos días compartiremos experiencias y conocimientos para definir estrategias que nos permitan visibilizar con más fuerza lo que nos ocurre en nuestras comunidades y fuera de ellas; apoyamos la realización de un informe que recoja las cifras oficiales y propias sobre lo que vivimos a diario; participaremos en un espacio de construcción de nuestras apuestas alrededor de los derechos sexuales y reproductivos, y concretaremos nuestras propuestas para el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, que se encuentra en el centro del debate entre el Gobierno Indígena y el Gobierno Nacional.

Las mujeres indígenas tenemos derecho a vivir una vida libre de violencia, por eso levantamos la voz frente a los hechos de violencia que vivimos, por eso hoy reafirmamos:

¡No importa quién sea el agresor: esposo, hermano, compañero, vecino, funcionario estatal o actor armado, siempre hay que denunciar!

¡Exigimos una normatividad estatal y una política pública integral que atienda nuestra situación!

¡Pedimos a nuestras autoridades que se unan a nuestra lucha, y que se haga justicia en nuestras comunidades!

Este espacio de formación y socialización ha sido convocado por la Consejería de Mujer, Familia y Generación con el apoyo de la Unión Europea y UNFPA.
Difunde: Ukhamawa Noticias
 
 "Así es" en lengua aymara

Paraguay: La violencia que preocupa a mujeres campesinas e indígenas

 
"Es el Estado mismo el que atenta contra los derechos de las mujeres, en vez de protegerlos", expresa Cyntia González de la Conamuri.
  
 
Cyntia en un encuentro de mujeres campesinas e indigenas.Foto: Conamuri
 
       
Fátima Rodríguez/ farodriguez@sd.com.py
 
Cyntia González Mendoza tiene 23 años y habla en un "guarani cerrado". Es oriunda del distrito de Liberación, departamento de San Pedro.  Es miembro de la Conamuri, Organización de Mujeres Rurales e Indígenas. Como pocas, Cyntia es orgullosa de ser campesina.
 
"La muerte de mujeres indígenas no son por cuestiones culturales, son feminicidios y deben denunciarse con la real dimensión de lo que es. Las compañeras indígenas, sufren por ser pobres, por ser indígenas, por ser mujer", dice Cyntia González con convicción.
 
Este año, asesinaron a tres mujeres indígenas: a una la acusaron de ser bruja, otra fue asesinada por un familiar y a la tercera, la mató su ex pareja y tenía un bebé. El cuerpo de esta mujer fue encontrado días después de su asesinato. Al lado, su pequeño bebé lloraba mientras intentaba mamar en el cuerpo inerte de su madre. Toda la comunidad se conmovió. Ocurrió en Concepción.
 
"El 25 de noviembre es el día de la no violencia contra las mujeres, pero ojalá cada día sea día de la no violencia contra las mujeres. Nosotras queríamos hacernos sentir en este día porque en nuestro país, la violencia se profundiza cada vez y más hacia las mujeres. Pareciera algo normal y no es normal. Con otras  organizaciones campesinas e indígenas nosotras reclamamos y resistimos a lo que llamamos  violencia estructural y en especial, mediante los organismos del estado", afirma Cyntia.
 
El pronunciamiento de las mujeres de organizaciones campesinas e indigenas cita a fuentes oficiales para señalar que hasta el mes de agosto pasado se han registrado más de 500 nuevos casos de violencia machista. En el año 2013, 20 mujeres en Paraguay fueron asesinadas por sus parejas, sin embargo, el feminicidio continúa sin ser tipificado en la legislación nacional. El 20% de los embarazos en nuestro país corresponden a adolescentes de entre 11 a 19 años y, aún así, la educación sexual y reproductiva sigue siendo materia ausente en las políticas públicas. Una nota de Paraguay.com señala que en lo que va del año, unas 30 mujeres perdieron la vida en el país por algún tipo de violencia. A esto se puede sumar la falta de medidas efectivas de protección a las víctimas.
 
Cyntia se licenció hace apenas unas semanas en enfermería por la Universidad Iberoamericana y es la unica paraguaya que participó de un encuentro del Papa Francisco con organizaciones populares del mundo. 
 
-¿Cómo llegaste a esta organización?
-Curiosidad, cuando era aún muy joven tenía mucha curiosidad. Una vecina me invitó para venir a una movilización en Asunción. Vine y durante el encuentro proyectaron imágenes sobre cómo afectaba el agrotóxico a los humanos. Esas cosas, no veíamos ni en dibujo hacia mi casa y entonces, me conmovió la historia de la gente que mostraba cómo en la piel le afectaba cada vez que se hacía una fumigación cerca de su casa. Yo creía que esas cosas sucedían sólo en otros países, pero al ver testimonios aquí, comencé a asustarme. Entonces, yo quería saber y saber más y me acerqué a la organización de mujeres.
     
-¿Hace poco estuviste con el Papa Francisco?
-La Conamuri es parte de la Vía Campesina y Alba, estas dos instancias internacionales de organización son muy importantes y a partir de allí llegó la invitación. Fui de viaje hasta Italia para la reunión de los movimientos populares del mundo convocado por el Papa Francisco. El encuentro  fue convocado por el Papa. 
En el caso de Paraguay, fue invitado Conamuri y yo fui en representación. Para nosotros fue muy importante esto, porque después de 2000 años aproximadamente, la iglesia tiene un Papa diferente. La iglesia católica es la organización más antigua del mundo y este Papa es diferente. Él es latino y américa latina es un pueblo que está en lucha permanente, esa es una de las características.
 
-¿Cómo fue el encuentro?
-Yo estuve cerca, justo me senté enfrente y grabé todo lo que dijo. 39 minutos habló Francisco y luego escuchó a los representantes de los movimientos sociales. Cien personas de todos los continentes estuvimos allí y nosotros lo saludamos también. Francisco habló de reforma agraria, de soberanía alimentaria y otros temas que son preocupaciones de las familias campesinas.
 
-¿Por qué el 25 de noviembre es una fecha importante para las mujeres?
-25 de noviembre es el día de la no violencia contra las mujeres, pero ojalá cada día sea día de la no violencia contra las mujeres. Nosotras queríamos hacernos sentir en este día porque en nuestro país, la violencia se profundiza cada vez y más hacia las mujeres. Pareciera algo normal y no es normal. Con otras organizaciones campesinas e indígenas nosotras reclamamos y resistimos a lo que llamamos  violencia estructural y en especial, mediante los organismos del Estado. A la Fiscalía General queríamos reclamar la falta de barrera de protección para las comunidades donde hay plantaciones de monocultivos y donde se aplican fumigaciones con agrotóxicos; porque muchas veces, los funcionarios de este organismo del estado, en vez de perseguir a quienes no cumplen las leyes, persiguen a quienes realizan las denuncias y los funcionarios se encargan de resguardar las plantaciones. 
 
Entonces, nosotros pedimos a la fiscalía que cumpla con su trabajo. También queremos hacer  un llamado al Ministerio de Salud, para solicitar la continuidad del programa de Atención Primaria a la Salud (APS) y exigir proveer medicamentos y kit de partos en forma gratuita en hospitales y centros de salud comunitarios y promover con fuerte impulso los programas de salud preventiva, ya que quedó demostrado que esto es posible cuando existe una verdadera voluntad de desarrollar políticas públicas inclusivas, en cumplimiento de los derechos humanos básicos avalados por la Constitución Nacional. 

Al Ministerio de Agricultura queremos decirle que rechazamos el modelo de producción que ofrece este Gobierno. Ellos ofrecen como modelo el agronegocio y no les interesa otra opinión, la opinión de las familias campesinas e indígenas que defienden el buen vivir de acuerdo a su cultura de producción. 
 
-¿De qué se trató tu tesis de licenciatura?
-Yo realicé una investigación que implicó un estudio de una comunidad "Arroyo Moroti", a 450 kilómetros de Asunción, en el departamento de San Pedro, en dónde recogemos datos sobre la "repercusiones de la utilización de los agroquimicos en la salud de los pobladores". Mi objetivo era describir esas repercusiones y como resultado de esa investigación, podemos decir que sí afecta a la salud la utilización de los agroquímicos, agrotóxicos, o plaguicida o veneno. Estos términos para nosotros son equivalentes.  
 
Según la investigación, los pobladores manifiestan que ahora tienen malestares generales con frecuencia y que antes no tenían. Por ejemplo, dolores de cabeza y tipo gripes que no terminan de curarse nunca. Es decir, los informantes manifiestan que padecen de afecciones en el sistema respiratorio, pero que no se curan con los tratamientos que generalmente se aplica para las gripes. Ese tipo de afecciones, manifiestan los pobladores, coinciden con el momento inmediato de las fumigaciones de los sojales o inmediatamente después. Además, se vio que también les afectaba su producción y por lo tanto, repercute en su vida. Este estudio recogió una muestra de 28 familias de las 40 que residen en la zona.
 
Los datos
 
Paraguay figura entre los 10 países con mayor índice de violencia doméstica en América Latina, estimándose que el 20% de las paraguayas han sufrido algún tipo de violencia alguna vez en su vida, en tanto que el mismo porcentaje de mujeres indígenas han padecido violencia física o sexual por parte de sus parejas.

De las diferentes formas de violencia que se ejercen sobre las mujeres, las estructurales son de las más graves porque es el Estado mismo el que atenta contra los derechos de las mujeres, en vez de protegerlos, promoverlos y crear mecanismos de garantía y de cumplimiento. Por esa ausencia y desinterés del Estado paraguayo, se multiplicaron en estos últimos tiempos los casos de criminalización y represión contra la lucha de las mujeres en los sectores populares, acompañados de gran impunidad y, sobre todo, complicidad de las autoridades que deberían intervenir en razón de justicia.

Fuente: www.paraguay.com
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 "Así es" en lengua aymara

II Congreso Nacional de ANAMURI: contra el capitalismo, el patriarcado y por los derechos

 
¡JUNTAS TENEMOS LA PALABRA!  Los días 28, 29 y 30 de Noviembre de 2014 será la realización del II Congreso Nacional de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas ANAMURI, la que tendrá espacios de transmisión vía señal de radio por Internet que cubrirá el  acto inaugural, la realización del mercado de productos y artesanías de las mujeres del campo, la presentación de oficios tradicionales de las labores agrícolas,  jornadas de expresiones culturales y el acto de clausura del congreso.
 
Este II Congreso Nacional se realizará en el Liceo Luis Galecio (Ex Liceo A-90) ubicado en la calle Dario Salas #5270, en la Comuna de San Miguel, Santiago.
 
La organización de este importante congreso señala: "Esperamos la participación de más de 500 delegadas provenientes de diferentes organizaciones desde Arica a Punta Arenas que se reunirán en este espacio de discusión y debate para fortalecer nuestras alianzas, compartir opiniones y de esta forma avanzar unidas en la construcción de alternativas para las mujeres rurales e indígenas, campesinas y asalariadas agrícolas".
 
Agregan: "Juntas estamos luchando contra el capitalismo, el patriarcado y por nuestros derechos. ¡JUNTAS TENEMOS LA PALABRA!",  cuyas voces se pretenden llevar a diversos hogares, los lugares de trabajo, las escuelas, las calles donde están otros sectores de esta sociedad como son los estudiantes, las y los trabajadores de la ciudad, los pobladores, los profesionales, medioambientalistas, el movimiento de mujeres y las organizaciones sociales "con las que queremos unir nuestras fuerzas para avanzar en la lucha social y defender la tierra, la preservación de la biodiversidad, la soberanía alimentaria, los derechos humanos y todas aquellas causas que nos han reunido en nuestro constante camino por la defensa de los derechos de los pueblos", señala en parte de su convocatoria ANAMURI.
 
PROGRAMA
Viernes 28 de Noviembre, 2014
10:00 a 12:00 Acto Inaugural
12:15 a 13:30 Instalación del Congreso
15:00 a 17:30 "Una Mirada Hacia Adentro" Análisis de la situación de ANAMURI
18:00 a 18:30 Inauguración Mercado Campesino
18:30 a 21:00 Jornada Cultural
 
Sábado 29 de noviembre, 2014
9:00 a 10:00 Conclusiones "Una Mirada Hacia Adentro"
10:00 a 12:00 Presentación Congresos Regionales
12:30 a 13:30 Mesas de Discusión
  •        Soberanía Alimentaria y Agro-ecología
  •        Tierra y Territorio
  •        Derecho al Agua
  •        Género y Derecho de las Mujeres
  •        Violencia contra la Mujeres Rural e Indígena
  •        Derecho a la Salud
  •        Derecho a la Educación
  •        Mujer y Trabajo Remunerado, Doméstico y de Cuidado
  •        Participación Ciudadana y Asamblea Constituyente
  •       Envejecimiento, Protección Social y Relación con el Estado
15:00 a 16:30 Continua trabajo de Mesas
16:30 a 18:00 Actividad Cultural y Mesas sectoriales
  • Tribunal Ético
  • Historia de ANAMURI
  • Pueblos originarios en Resistencia y Lucha
  • Conversatorio de la Juventud
 
Domingo 30 de Noviembre, 2014
9:00 a 12:30 Exposición de Conclusiones
12:30 a 13:00 Plan de Acción ANAMURI
13:00 a 14:00 Clausura del Congreso
 
La URL para la transmisión de radio por Internet se publicará en estos sitios web:
 
Materiales para su difusión:
 
Fuente: Mapuexpress
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domingo, 16 de marzo de 2014

Fondo Indígena: Convocatoria Curso de Formulación, Planificación, Gestión y Evaluación de Proyectos enfocados a Pueblos Indígenas

 
Curso de Formulación, Planificación, Gestión y Evaluación de Proyectos
La Unión Internacional de Telecomunicaciones – UIT- a través de las iniciativas de inclusión digital repartidas en varias regiones del mundo, ha impartido desde el 2005, con mucho éxito, cursos de capacitación para los pueblos indígenas de Américas utilizando su plataforma de educación a distancia (ITU ACADEMY).
 
El Fondo Indígena desarrolló en 2010 el curso de Formulación, Planificación, Gestión y Evaluación de Proyectos enfocados a Pueblos Indígenas y se lo entregó a la UIT para ser impartido a través de las Tecnologías de Información y Comunicación, TIC.
 
Esta experiencia acumulada será aprovechada por las dos instituciones, el Fondo Indígena ha enmarcado su propuesta desde el 2011 en el "Buen Vivir y Vivir Bien" y es su interés el de continuar contribuyendo a la formación de líderes indígenas y lograr que puedan diseñar proyectos exitosos para sus organizaciones y sus familias.
 
OBJETIVO
El objetivo fundamental del curso es desarrollar las competencias necesarias para elaborar, gestionar y lograr llevar a término proyectos de desarrollo enmarcados en el Vivir bien/Buen vivir comunitario. En ese sentido, el curso se orienta a todas aquellas personas, indígenas y no indígenas, estrechamente vinculadas con organizaciones indígenas y sus procesos de desarrollo.
BECAS
El Fondo Indígena ha puesto a disposición de esta oferta formativa becas totales para postulantes pertenecientes a los países miembros del Fondo Indígena. Para la adjudicación de estas becas se considerarán criterios de equilibrio regional en lo que respecta a los pueblos y organizaciones vinculantes. En su conjunto los postulantes seleccionados deberán representar en forma equitativa a las regiones en las que el Fondo Indígena centra su acción: Mesoamérica, Centroamérica y México, la Región Andina y Amazónica y el Cono Sur.
El requisito fundamental a ser tomado en cuenta por el Comité de Selección del Fondo Indígena será la vinculación de los postulantes, sean estos indígenas o no, a organizaciones indígenas, así como su trayectoria de liderazgo y/o activismo en procesos vinculados al desarrollo indígena, ya sea a nivel local, nacional o internacional.
 
Contenido temático y características del curso 
Como en la anterior edición, el diseño de las líneas temáticas del curso estuvo a cargo del Fondo Indígena, organismo internacional especializado en la situación indígena a nivel regional. Luego de su concepción y diseño, estas líneas pasaron a mano de la UIT, quien se encargará de que el contenido sea impartido a distancia a través de sus modernas plataformas tecnológicas y de la comunicación.
La convocatoria para esta nueva versión de "Formulación, Planificación, Gestión y Evaluación de Proyectos enfocados a Pueblos Indígenas" —dirigido exclusivamente a líderes indígenas y no indígenas vinculados a las organizaciones indígenas y a su desarrollo— se lanza al público interesado con las siguientes características:
La estructura modular es la siguiente:
 Módulo 1
Planificación y Formulación de Proyectos Enfocados a Pueblos Indígenas
Duración: Ocho Semanas
Fecha de iniciación: 14 de abril 2014
Fecha de terminación: 6 de junio 2014
Módulo 2
Implementación y Gestión de Proyectos Enfocados a Pueblos Indígenas
Duración: Ocho Semanas.
Fecha de iniciación: 16 de junio 2014
Fecha de terminación: 8 de julio 2014
Módulo 3
Evaluación y Seguimiento de Proyectos Enfocados a Pueblos Indígenas
Duración: Ocho Semanas.
Fecha de iniciación: 4 de agosto 2014
Fecha de terminación: 26 de septiembre 2014
 
Postulación
Las y los postulantes, deben presentar sin excepción alguna, la siguiente documentación:
1.          Llenar el formulario de postulación (Formulario 1 )
2.          Enviar carta de solicitud de beca dirigida al Sr. Carlos Batzín, Presidente del Fondo Indígena
3.          Copia de pasaporte o cedula de identidad.
Lo(a)s interesado(a)s en participar en este curso y optar por una de las becas del Fondo Indígena pueden enviar su carta de postulación, junto a su Formulario de Hoja de Vida que se encuentra disponible para descargar anexo a esta convocatoria.  Ambos documentos deberán ser remitidos al correo electrónico:convocatorias@fondoindigena.org a más tardar el día 5 de abril  del año  en curso. 
 
Ver documentación  a descargar :
 
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 "Así es" en lengua aymara

sábado, 8 de marzo de 2014

Fotogalería: Heroínas indígenas



Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Survival International hace un recorrido por las vidas e historias de mujeres indígenas y tribales del planeta.

Durante generaciones, las sociedades industrializadas han sometido a las mujeres indígenas y tribales, y a sus comunidades, a una violencia genocida, a la esclavitud y al racismo con el objetivo de robar sus tierras, recursos y mano de obra.  Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Survival International presenta esta galería que retrata, no solo muchas de las tragedias que han sufrido las mujeres indígenas, sino también los perfiles de algunas de ellas, inspiradoras y valientes mujeres del pasado y del presente que han luchado y siguen luchando por sus tierras, sus modos de vida y sus derechos humanos fundamentales./ ©Steve Morgan

Durante generaciones, las sociedades industrializadas han sometido a las mujeres indígenas y tribales, y a sus comunidades, a una violencia genocida, a la esclavitud y al racismo con el objetivo de robar sus tierras, recursos y mano de obra. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Survival International presenta esta galería que retrata, no solo muchas de las tragedias que han sufrido las mujeres indígenas, sino también los perfiles de algunas de ellas, inspiradoras y valientes mujeres del pasado y del presente que han luchado y siguen luchando por sus tierras, sus modos de vida y sus derechos humanos fundamentales./ ©Steve Morgan


Pocahontas era la hija de Wahunsonacock, el jefe de la tribu nativa norteamericana powhatan. Los indios powhatanes pertenecían a una confederación de unas treinta tribus; su hogar era la región que los colonos europeos llamaron Virginia. El verdadero nombre de Pocahontas era Matoaka; Pocahontas era un apodo que significaba "Pequeña silenciosa". Se piensa que a los doce años salvó al capitán inglés John Smith de ser ejecutado, después de que este hubiera sido capturado por un grupo de hombres powhatanes. Pocahontas fue aprisionada por los ingleses en 1613. Durante su cautiverio cambió su nombre por el de Rebecca, se convirtió al cristianismo y contrajo matrimonio con el inglés John Rolfe, con quien tuvo un hijo, Thomas Rolfe. John Rolfe y Pocahontas se embarcaron hacia Inglaterra en 1616, donde fue presentada al rey Jaime I y ante los miembros de la alta sociedad inglesa como una "salvaje civilizada". En 1617, al inicio de su viaje de regreso a los Estados Unidos, Pocahontas enfermó gravemente y murió en Gravesend, Reino Unido, a la edad de 22 años. En un mensaje del registro parroquial de la iglesia de Gravesend donde fue enterrada se puede leer: Rebecca Wroth, mujer del caballero Thomas Wroth, una mujer de Virginia, fue enterrada en el presbiterio.  Su hijo Thomas regresó más tarde a su casa. Muchas son las personas que se proclaman descendientes de Pocahontas.














Pocahontas era la hija de Wahunsonacock, el jefe de la tribu nativa norteamericana powhatan. Los indios powhatanes pertenecían a una confederación de unas treinta tribus; su hogar era la región que los colonos europeos llamaron Virginia. El verdadero nombre de Pocahontas era Matoaka; Pocahontas era un apodo que significaba "Pequeña silenciosa". Se piensa que a los doce años salvó al capitán inglés John Smith de ser ejecutado, después de que este hubiera sido capturado por un grupo de hombres powhatanes. Pocahontas fue aprisionada por los ingleses en 1613. Durante su cautiverio cambió su nombre por el de Rebecca, se convirtió al cristianismo y contrajo matrimonio con el inglés John Rolfe, con quien tuvo un hijo, Thomas Rolfe. John Rolfe y Pocahontas se embarcaron hacia Inglaterra en 1616, donde fue presentada al rey Jaime I y ante los miembros de la alta sociedad inglesa como una "salvaje civilizada". En 1617, al inicio de su viaje de regreso a los Estados Unidos, Pocahontas enfermó gravemente y murió en Gravesend, Reino Unido, a la edad de 22 años. En un mensaje del registro parroquial de la iglesia de Gravesend donde fue enterrada se puede leer: Rebecca Wroth, mujer del caballero Thomas Wroth, una mujer de Virginia, fue enterrada en el presbiterio. Su hijo Thomas regresó más tarde a su casa. Muchas son las personas que se proclaman descendientes de Pocahontas.


Entre Tahití y América del Sur se encuentra Rapa Nui, la isla habitada más remota de la Tierra. También conocida como la isla de Pascua, es famosa por sus moáis, enormes estatuas de piedra que se erigen como centinelas sobre los flancos cubiertos de hierba de un volcán ya extinguido. Los moáis fueron tallados por los indígenas rapanúis, que ya llevaban siglos viviendo en la isla cuando se registró el primer contacto con europeos en el siglo XVIII. A finales del siglo XIX su población resultó diezmada por los traficantes de esclavos peruanos, tras lo cual Chile se anexó la isla y la convirtió en un gran rancho para ovejas.  Los rapanúis fueron desposeídos de sus tierras, sustento y derechos humanos y obligados a vivir en condiciones denigrantes. El historiador Stephen Fischer escribió que Rapa Nui se hizo tristemente célebre como la colonia peor administrada de las islas del Pacífico. En 1914, sin embargo, los rapanúis se rebelaron contra los colonizadores. La revuelta fue inspirada por su líder y visionaria Angata, quien soñó que la isla pertenecía una vez más a su pueblo.  Angata fue descrita por la antropóloga británica Katherine Routledge, quien vivía en la isla en aquel momento, como una frágil anciana de pelo canoso y mirada expresiva, poseedora de una personalidad inequívocamente atractiva y magnética.  Pero cuando Angata falleció las protestas murieron con ella. No fue hasta 1964 que Chile puso fin al régimen militar arbitrario en Rapa Nui.













Entre Tahití y América del Sur se encuentra Rapa Nui, la isla habitada más remota de la Tierra. También conocida como la isla de Pascua, es famosa por sus moáis, enormes estatuas de piedra que se erigen como centinelas sobre los flancos cubiertos de hierba de un volcán ya extinguido. Los moáis fueron tallados por los indígenas rapanúis, que ya llevaban siglos viviendo en la isla cuando se registró el primer contacto con europeos en el siglo XVIII. A finales del siglo XIX su población resultó diezmada por los traficantes de esclavos peruanos, tras lo cual Chile se anexó la isla y la convirtió en un gran rancho para ovejas. Los rapanúis fueron desposeídos de sus tierras, sustento y derechos humanos y obligados a vivir en condiciones denigrantes. El historiador Stephen Fischer escribió que Rapa Nui se hizo tristemente célebre como la colonia peor administrada de las islas del Pacífico. En 1914, sin embargo, los rapanúis se rebelaron contra los colonizadores. La revuelta fue inspirada por su líder y visionaria Angata, quien soñó que la isla pertenecía una vez más a su pueblo. Angata fue descrita por la antropóloga británica Katherine Routledge, quien vivía en la isla en aquel momento, como una frágil anciana de pelo canoso y mirada expresiva, poseedora de una personalidad inequívocamente atractiva y magnética. Pero cuando Angata falleció las protestas murieron con ella. No fue hasta 1964 que Chile puso fin al régimen militar arbitrario en Rapa Nui.


Las mujeres de las sociedades industrializadas todavía luchan por conseguir la igualdad con los hombres. Muchas de sus homólogas en las sociedades cazadoras-recolectoras, sin embargo, conocen desde hace tiempo la igualdad de género. La dependencia mutua de los alimentos que consigue cada uno de ellos (los hombres cazan y las mujeres recolectan) ha propiciado el desarrollo de sociedades igualitarias durante generaciones. Para las mujeres de la tribu de cazadores-recolectores awás, en la Amazonia brasileña, la sociedad igualitaria es lo normal. Los cazadores-recolectores hadzas, una tribu del norte de Tanzania, también tienen en alta estima la igualdad. Las mujeres hadzas disponen de una gran autonomía y participan de forma igualitaria a los hombres en los procesos de toma de decisiones. Y cuando los misioneros católicos llegaron a las orillas de la península de labrador-Quebec, en el noreste de Canadá, muchos quedaron horrorizados por el nivel de independencia y poder de las mujeres innus. En una Europa donde las mujeres eran vistas, por lo general, como inferiores a los hombres, las mujeres innus eran mucho más libres dentro y fuera del matrimonio y con frecuencia decidían dónde y cuándo acampar en sus largos viajes por las extensiones subárticas de su tierra natal, Nitassinan./













Las mujeres de las sociedades industrializadas todavía luchan por conseguir la igualdad con los hombres. Muchas de sus homólogas en las sociedades cazadoras-recolectoras, sin embargo, conocen desde hace tiempo la igualdad de género. La dependencia mutua de los alimentos que consigue cada uno de ellos (los hombres cazan y las mujeres recolectan) ha propiciado el desarrollo de sociedades igualitarias durante generaciones. Para las mujeres de la tribu de cazadores-recolectores awás, en la Amazonia brasileña, la sociedad igualitaria es lo normal. Los cazadores-recolectores hadzas, una tribu del norte de Tanzania, también tienen en alta estima la igualdad. Las mujeres hadzas disponen de una gran autonomía y participan de forma igualitaria a los hombres en los procesos de toma de decisiones. Y cuando los misioneros católicos llegaron a las orillas de la península de labrador-Quebec, en el noreste de Canadá, muchos quedaron horrorizados por el nivel de independencia y poder de las mujeres innus. En una Europa donde las mujeres eran vistas, por lo general, como inferiores a los hombres, las mujeres innus eran mucho más libres dentro y fuera del matrimonio y con frecuencia decidían dónde y cuándo acampar en sus largos viajes por las extensiones subárticas de su tierra natal, Nitassinan./


Los bosquimanos son el pueblo originario del sur de África.  Entre 1997 y 2002 casi todos los bosquimanos fueron expulsados de sus hogares en la Reserva de Caza del Kalahari Central (CKGR, según sus siglas en inglés) y conducidos a campos de reasentamiento fuera de la reserva, donde no solo se les niegan sus medios de vida, sino que son humillados por actitudes racistas endémicas. Que nos llamen primitivos. Que nos llamen gente de la Edad de Piedra. Nuestro modo de vida nos viene bien. Hemos visto el desarrollo, y no nos gusta, dijo una mujer bosquimana. Xlarema Phuti, una curadora bosquimana, fue expulsada a la fuerza de Molapo, su hogar ancestral en la reserva, por el Gobierno y trasladada a Nuevo Xade, un campo de reasentamiento gubernamental conocido como el "lugar de la muerte". Xlarema habló con Survival International sobre los poderes curativos de la tradicional danza del trance de los bosquimanos y sobre la tristeza que ha experimentado desde que los bosquimanos fueron expulsados de sus tierras. Cuando estoy bailando en la danza del trance, hablo con los ancestros para que me ayuden a curar al enfermo, dijo./ ©Dominick Tyler
Los bosquimanos son el pueblo originario del sur de África. Entre 1997 y 2002 casi todos los bosquimanos fueron expulsados de sus hogares en la Reserva de Caza del Kalahari Central (CKGR, según sus siglas en inglés) y conducidos a campos de reasentamiento fuera de la reserva, donde no solo se les niegan sus medios de vida, sino que son humillados por actitudes racistas endémicas. Que nos llamen primitivos. Que nos llamen gente de la Edad de Piedra. Nuestro modo de vida nos viene bien. Hemos visto el desarrollo, y no nos gusta, dijo una mujer bosquimana. Xlarema Phuti, una curadora bosquimana, fue expulsada a la fuerza de Molapo, su hogar ancestral en la reserva, por el Gobierno y trasladada a Nuevo Xade, un campo de reasentamiento gubernamental conocido como el "lugar de la muerte". Xlarema habló con Survival International sobre los poderes curativos de la tradicional danza del trance de los bosquimanos y sobre la tristeza que ha experimentado desde que los bosquimanos fueron expulsados de sus tierras. Cuando estoy bailando en la danza del trance, hablo con los ancestros para que me ayuden a curar al enfermo, dijo./ ©Dominick Tyler


Elizabeth “Tshaukuesh” Penashue es una mujer innu de 84 años de Sheshatshiu, en Labrador. Durante muchos años, cada primavera, ha liderado un recorrido a pie por las montañas Mealy con el objetivo de que los jóvenes innus reconecten con las tierras en las que han vivido durante casi 8.000 años. No quiero ver que mis hijos lo pierden todo. No quiero que pierdan su identidad innu, su cultura y su vida. Antes de marcharme tengo que enseñar a los niños. Si nadie enseña a nuestros hijos, ¿qué pensarán cuando crezcan? ¿Pensarán ‘no soy innu, soy un blanco’? Es importante saber quién eres. Yo soy innu. Esta tierra es mi vida. Estoy orgullosa de haber nacido en una tienda de campaña. Sin enfermera, sin médico. Mi padre ayudó a mi madre a dar a luz. Cuando camino por estas tierras, siento que voy a casa, a un lugar que me pertenece. El lugar innu. Elisabeth comenzó su décimo tercer y último recorrido el pasado mes de febrero de 2014. Antes de empezarlo, sin embargo, descubrió que el acceso a la tierra ancestral innu alrededor de Muskrat Falls le ha sido denegado por parte de la corporación energética Nalcor, que construye un faraónico proyecto hidroeléctrico en el área. /FOTO 6 ©Elizabeth Penashue
Elizabeth “Tshaukuesh” Penashue es una mujer innu de 84 años de Sheshatshiu, en Labrador. Durante muchos años, cada primavera, ha liderado un recorrido a pie por las montañas Mealy con el objetivo de que los jóvenes innus reconecten con las tierras en las que han vivido durante casi 8.000 años. No quiero ver que mis hijos lo pierden todo. No quiero que pierdan su identidad innu, su cultura y su vida. Antes de marcharme tengo que enseñar a los niños. Si nadie enseña a nuestros hijos, ¿qué pensarán cuando crezcan? ¿Pensarán ‘no soy innu, soy un blanco’? Es importante saber quién eres. Yo soy innu. Esta tierra es mi vida. Estoy orgullosa de haber nacido en una tienda de campaña. Sin enfermera, sin médico. Mi padre ayudó a mi madre a dar a luz. Cuando camino por estas tierras, siento que voy a casa, a un lugar que me pertenece. El lugar innu. Elisabeth comenzó su décimo tercer y último recorrido el pasado mes de febrero de 2014. Antes de empezarlo, sin embargo, descubrió que el acceso a la tierra ancestral innu alrededor de Muskrat Falls le ha sido denegado por parte de la corporación energética Nalcor, que construye un faraónico proyecto hidroeléctrico en el área. /FOTO 6 ©Elizabeth Penashue


Damiana pertenece a la tribu guaraní-kaiowá. Se piensa que este pueblo indígena fue uno de los primeros en ser contactados cuando los europeos llegaron a Sudamérica. Hubo una vez en que ocuparon una tierra de bosque y llanuras en Brasil que se expandía por 350.000 km cuadrados. Los guaraníes cazaban libremente en su hogar, y plantaban yuca y maíz en sus huertos. Sin embargo, durante el último siglo casi todo su bosque les ha sido robado y transformado en inmensas y secas parcelas de haciendas ganaderas, campos de soja y plantaciones de la prominente caña de azúcar. Hace una década, los terratenientes ganaderos intimidaron a Damiana y a su familia y la expulsaron de sus tierras ancestrales. Desde entonces, ha vivido en condiciones degradantes junto a una carretera. Su marido y tres de sus hijos han muerto atropellados. En septiembre de 2013, sin embargo, lideró una valiente y peligrosa “retomada” (reocupación) de la plantación de caña de azúcar que ha invadido su tierra ancestral. Una retomada ha sido desde hace tiempo la esperanza y el consuelo de Damiana: la aspiración que la ha mantenido durante los brutales años de la expulsión, en medio del miedo, la humillación, la malnutrición, la pérdida, la enfermedad y la depresión. Hemos decidido luchar y morir por nuestra tierra, dijo Damiana./©Fiona Watson/Survival
Damiana pertenece a la tribu guaraní-kaiowá. Se piensa que este pueblo indígena fue uno de los primeros en ser contactados cuando los europeos llegaron a Sudamérica. Hubo una vez en que ocuparon una tierra de bosque y llanuras en Brasil que se expandía por 350.000 km cuadrados. Los guaraníes cazaban libremente en su hogar, y plantaban yuca y maíz en sus huertos. Sin embargo, durante el último siglo casi todo su bosque les ha sido robado y transformado en inmensas y secas parcelas de haciendas ganaderas, campos de soja y plantaciones de la prominente caña de azúcar. Hace una década, los terratenientes ganaderos intimidaron a Damiana y a su familia y la expulsaron de sus tierras ancestrales. Desde entonces, ha vivido en condiciones degradantes junto a una carretera. Su marido y tres de sus hijos han muerto atropellados. En septiembre de 2013, sin embargo, lideró una valiente y peligrosa “retomada” (reocupación) de la plantación de caña de azúcar que ha invadido su tierra ancestral. Una retomada ha sido desde hace tiempo la esperanza y el consuelo de Damiana: la aspiración que la ha mantenido durante los brutales años de la expulsión, en medio del miedo, la humillación, la malnutrición, la pérdida, la enfermedad y la depresión. Hemos decidido luchar y morir por nuestra tierra, dijo Damiana./©Fiona Watson/Survival


Las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia, forman la cordillera costera más alta del mundo. Los picos nevados que se elevan por encima de las boscosas laderas, siempre cubiertas de nubes, y los ríos que nacen del deshielo de las cumbres son sagrados para el pueblo indígena arhuaco y para sus vecinos, los kogis, los arsarios y los kankuamas. Los arhuacos han vivido aquí desde hace miles de años. Para ellos, la Sierra Nevada es el corazón del mundo; se denominan a sí mismos los “Hermanos Mayores” y creen que tienen una sabiduría y comprensión místicos superiores a los de otros pueblos. Leonor Zalabata, una líder arhuaco que ha trabajado sin descanso en la defensa de los arhuacos y de los derechos de los 102 pueblos indígenas de Colombia, se reunió por primera vez con Survival International durante los años 90, cuando los insurgentes de la guerrilla de izquierdas establecieron su campamento en la tierra de los arhuacos y los sometieron a un periodo de brutal violencia. Muchos líderes arhuacos fueron asesinados. A pesar del peligro constante, Leonor ha dedicado su vida a denunciar los abusos contra los indígenas de Colombia. Ha trabajado con el Grupo de Trabajo para los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas y con el Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de la ONU. La Sierra Nevada de Santa Marta (…) es el corazón del mundo, dice. Aquí es donde nuestros espíritus descansan y permanecen. Cuando una niña nace, en nuestra cultura decimos que la montaña ríe y los pájaros lloran./©Survival International
Las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia, forman la cordillera costera más alta del mundo. Los picos nevados que se elevan por encima de las boscosas laderas, siempre cubiertas de nubes, y los ríos que nacen del deshielo de las cumbres son sagrados para el pueblo indígena arhuaco y para sus vecinos, los kogis, los arsarios y los kankuamas. Los arhuacos han vivido aquí desde hace miles de años. Para ellos, la Sierra Nevada es el corazón del mundo; se denominan a sí mismos los “Hermanos Mayores” y creen que tienen una sabiduría y comprensión místicos superiores a los de otros pueblos. Leonor Zalabata, una líder arhuaco que ha trabajado sin descanso en la defensa de los arhuacos y de los derechos de los 102 pueblos indígenas de Colombia, se reunió por primera vez con Survival International durante los años 90, cuando los insurgentes de la guerrilla de izquierdas establecieron su campamento en la tierra de los arhuacos y los sometieron a un periodo de brutal violencia. Muchos líderes arhuacos fueron asesinados. A pesar del peligro constante, Leonor ha dedicado su vida a denunciar los abusos contra los indígenas de Colombia. Ha trabajado con el Grupo de Trabajo para los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas y con el Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de la ONU. La Sierra Nevada de Santa Marta (…) es el corazón del mundo, dice. Aquí es donde nuestros espíritus descansan y permanecen. Cuando una niña nace, en nuestra cultura decimos que la montaña ríe y los pájaros lloran./©Survival International.


Desde que Bangladesh se independizó de Pakistán en 1971, los indígenas jummas de las Chittagong Hill Tracts, en la montañosa región sureste del país, han soportado algunas de las peores violaciones de derechos humanos en Asia. Amables, compasivos y tolerantes con otras religiones, los jummas son étnica y lingüísticamente distintos de la mayoría bengalí. En la actualidad, también son uno de los pueblos tribales más perseguidos. Los colonos casi los superan en número y sufren brutalmente a manos del ejército.  En un solo acto genocida, cientos de hombres, mujeres y niños fueron quemados vivos en sus casas de bambú. La brutalidad sexual contra las mujeres y niñas jummas también es alarmantemente alta: desde agosto de 2012, al menos 12 mujeres y niñas jummas han sido víctimas de violencia sexual, aunque el número podría ser mayor, ya que con frecuencia no se denuncian las violaciones debido al estigma social que acarrean. Se ha hecho poco para perseguir a los culpables de estos crímenes, explica Sophie Grig de Survival International. Esto deja a las mujeres y niñas jummas cada vez más vulnerables, ya que sus agresores actúan con impunidad./ ©Mark McEvoy/Survival
Desde que Bangladesh se independizó de Pakistán en 1971, los indígenas jummas de las Chittagong Hill Tracts, en la montañosa región sureste del país, han soportado algunas de las peores violaciones de derechos humanos en Asia. Amables, compasivos y tolerantes con otras religiones, los jummas son étnica y lingüísticamente distintos de la mayoría bengalí. En la actualidad, también son uno de los pueblos tribales más perseguidos. Los colonos casi los superan en número y sufren brutalmente a manos del ejército. En un solo acto genocida, cientos de hombres, mujeres y niños fueron quemados vivos en sus casas de bambú. La brutalidad sexual contra las mujeres y niñas jummas también es alarmantemente alta: desde agosto de 2012, al menos 12 mujeres y niñas jummas han sido víctimas de violencia sexual, aunque el número podría ser mayor, ya que con frecuencia no se denuncian las violaciones debido al estigma social que acarrean. Se ha hecho poco para perseguir a los culpables de estos crímenes, explica Sophie Grig de Survival International. Esto deja a las mujeres y niñas jummas cada vez más vulnerables, ya que sus agresores actúan con impunidad./ ©Mark McEvoy/Survival


Ser una mujer dongria kondh de las colinas de Niyamgiri en el estado de Odisha, en la India, es estar íntimamente conectada con tu tierra. Llevan milenios viviendo prósperamente en las frondosas colinas boscosas, con sus arroyos perennes y los gigantescos árboles de yaca. Se llaman a sí mismas jharnia, que significa protectoras de los arroyos. Durante los últimos diez años las mujeres dongria kondhs han trabajado codo con codo con los hombres drongrias para proteger a Niyamgiri de los devastadores planes de Vedanta Resources para construir una mina de bauxita a cielo abierto en su montaña más sagrada, Niyam Dongar, la “montaña de la ley”. Una de sus acciones fue formar una cadena humana alrededor de la base de la montaña para evitar que las excavadoras de Vedanta la destruyeran. En agosto de 2013, los dongria kondhs rechazaron por mayoría absoluta la apertura de una mina a cielo abierto de bauxita, del gigante minero británico Vedanta Resources, en su montaña sagrada. Esto supone un triunfo sin precedentes para los derechos indígenas.  Muchos de los dongrias más representativos, aquellos que han protestado públicamente y han viajado 1.600 km hasta Delhi, exigen que la policía libere a los líderes que permanecen detenidos, entre los que también hay mujeres. No entregaremos a nadie nuestros bosques, dijo una mujer dongria. Todas las mujeres están dispuestas a ir a la cárcel por esto. En enero de 2014, su persistencia dio resultados: el Gobierno de la India anunció que la mina no sería aprobada./©Jason Taylor
Ser una mujer dongria kondh de las colinas de Niyamgiri en el estado de Odisha, en la India, es estar íntimamente conectada con tu tierra. Llevan milenios viviendo prósperamente en las frondosas colinas boscosas, con sus arroyos perennes y los gigantescos árboles de yaca. Se llaman a sí mismas jharnia, que significa protectoras de los arroyos. Durante los últimos diez años las mujeres dongria kondhs han trabajado codo con codo con los hombres drongrias para proteger a Niyamgiri de los devastadores planes de Vedanta Resources para construir una mina de bauxita a cielo abierto en su montaña más sagrada, Niyam Dongar, la “montaña de la ley”. Una de sus acciones fue formar una cadena humana alrededor de la base de la montaña para evitar que las excavadoras de Vedanta la destruyeran. En agosto de 2013, los dongria kondhs rechazaron por mayoría absoluta la apertura de una mina a cielo abierto de bauxita, del gigante minero británico Vedanta Resources, en su montaña sagrada. Esto supone un triunfo sin precedentes para los derechos indígenas. Muchos de los dongrias más representativos, aquellos que han protestado públicamente y han viajado 1.600 km hasta Delhi, exigen que la policía libere a los líderes que permanecen detenidos, entre los que también hay mujeres. No entregaremos a nadie nuestros bosques, dijo una mujer dongria. Todas las mujeres están dispuestas a ir a la cárcel por esto. En enero de 2014, su persistencia dio resultados: el Gobierno de la India anunció que la mina no sería aprobada./©Jason Taylor.


Se cree que los antepasados de la tribu jarawa de las islas Andamán formaron parte de las primeras migraciones humanas exitosas provenientes de África. Los cazadores-recolectores de este pueblo indígena solo empezaron a salir de la selva sin sus arcos y flechas y a mantener un contacto amistoso con sus vecinos a partir de 1998. Ahora, sin embargo, los jarawas se enfrentan a la aniquilación a menos que la carretera ilegal que atraviesa su selva se cierre de forma permanente a los colonos, cazadores furtivos, madereros y turistas.  A principios de 2014, Survival International publicó pruebas que revelaban el escandaloso alcance de la explotación sexual entre las jóvenes mujeres jarawas. Un hombre jarawa denunció que los furtivos acceden con regularidad a la reserva protegida de su tribu y engatusan a las jóvenes con alcohol o drogas con el objetivo de abusar sexualmente de ellas.  Las enfermedades de transmisión sexual, como el VIH/SIDA, suponen una grave amenaza para los pueblos indígenas recientemente contactados como los jarawas. Los vecinos de esta tribu, los granandamaneses, prácticamente se han extinguido por las enfermedades que propagaron los colonizadores británicos en el siglo XIX, como la sífilis./©Survival International
Se cree que los antepasados de la tribu jarawa de las islas Andamán formaron parte de las primeras migraciones humanas exitosas provenientes de África. Los cazadores-recolectores de este pueblo indígena solo empezaron a salir de la selva sin sus arcos y flechas y a mantener un contacto amistoso con sus vecinos a partir de 1998. Ahora, sin embargo, los jarawas se enfrentan a la aniquilación a menos que la carretera ilegal que atraviesa su selva se cierre de forma permanente a los colonos, cazadores furtivos, madereros y turistas. A principios de 2014, Survival International publicó pruebas que revelaban el escandaloso alcance de la explotación sexual entre las jóvenes mujeres jarawas. Un hombre jarawa denunció que los furtivos acceden con regularidad a la reserva protegida de su tribu y engatusan a las jóvenes con alcohol o drogas con el objetivo de abusar sexualmente de ellas. Las enfermedades de transmisión sexual, como el VIH/SIDA, suponen una grave amenaza para los pueblos indígenas recientemente contactados como los jarawas. Los vecinos de esta tribu, los granandamaneses, prácticamente se han extinguido por las enfermedades que propagaron los colonizadores británicos en el siglo XIX, como la sífilis./©Survival International.


Se cree que los antepasados de la tribu jarawa de las islas Andamán formaron parte de las primeras migraciones humanas exitosas provenientes de África. Los cazadores-recolectores de este pueblo indígena solo empezaron a salir de la selva sin sus arcos y flechas y a mantener un contacto amistoso con sus vecinos a partir de 1998. Ahora, sin embargo, los jarawas se enfrentan a la aniquilación a menos que la carretera ilegal que atraviesa su selva se cierre de forma permanente a los colonos, cazadores furtivos, madereros y turistas.  A principios de 2014, Survival International publicó pruebas que revelaban el escandaloso alcance de la explotación sexual entre las jóvenes mujeres jarawas. Un hombre jarawa denunció que los furtivos acceden con regularidad a la reserva protegida de su tribu y engatusan a las jóvenes con alcohol o drogas con el objetivo de abusar sexualmente de ellas.  Las enfermedades de transmisión sexual, como el VIH/SIDA, suponen una grave amenaza para los pueblos indígenas recientemente contactados como los jarawas. Los vecinos de esta tribu, los granandamaneses, prácticamente se han extinguido por las enfermedades que propagaron los colonizadores británicos en el siglo XIX, como la sífilis./©Survival International
La chocante ironía que rodea a la muerte de Nicolasa Quintreman, de 73 años, es inexorable.Esta mujer indígena pehuenche mapuche, había protestado pacíficamente contra la construcción de la presa de Ralco, en el río sagrado Bío Bío de Chile, que fluye a través de su territorio ancestral desde la laguna de Galletué hasta el Pacífico. Durante una década, la pequeña Nicolasa y su hermana Berta se negaron a marcharse de sus hogares, y con el apoyo de un grupo de compañeros mapuches bloquearon las carreteras y puentes de acceso a la montaña con el objetivo de evitar que la empresa hidroeléctrica Endesa pudiera acceder al lugar donde se estaba construyendo la presa. Muchos mapuches fueron detenidos y muchos otros calificados de "terroristas" por su protesta pacífica en defensa de sus tierras. Finalmente, Nicolasa y su hermana, así como las comunidades mapuches, fueron obligadas a trasladarse de sus hogares a zonas más elevadas. Se les prometió compensación económica y otros incentivos por el desplazamiento, buena parte de los cuales, según parece, no fueron entregados. En diciembre de 2013 el cuerpo sin vida de Nicolasa Quintreman apareció flotando trágicamente en el embalse de Ralco, el mismo lago artificial que ella había intentado evitar que Endesa construyera. Nosotros que estamos aquí al lado (...), tenemos que ser nosotros; tenemos que defender hasta que nosotros podamos. Ustedes no me van a venir a decir a mi casa. Yo seré como seré. Seré pobre, seré como sea, pero están en mi casa, están donde me crié.


La chocante ironía que rodea a la muerte de Nicolasa Quintreman, de 73 años, es inexorable.  Esta mujer indígena pehuenche mapuche, había protestado pacíficamente contra la construcción de la presa de Ralco, en el río sagrado Bío Bío de Chile, que fluye a través de su territorio ancestral desde la laguna de Galletué hasta el Pacífico.  Durante una década, la pequeña Nicolasa y su hermana Berta se negaron a marcharse de sus hogares, y con el apoyo de un grupo de compañeros mapuches bloquearon las carreteras y puentes de acceso a la montaña con el objetivo de evitar que la empresa hidroeléctrica Endesa pudiera acceder al lugar donde se estaba construyendo la presa. Muchos mapuches fueron detenidos y muchos otros calificados de "terroristas" por su protesta pacífica en defensa de sus tierras. Finalmente, Nicolasa y su hermana, así como las comunidades mapuches, fueron obligadas a trasladarse de sus hogares a zonas más elevadas. Se les prometió compensación económica y otros incentivos por el desplazamiento, buena parte de los cuales, según parece, no fueron entregados. En diciembre de 2013 el cuerpo sin vida de Nicolasa Quintreman apareció flotando trágicamente en el embalse de Ralco, el mismo lago artificial que ella había intentado evitar que Endesa construyera.  Nosotros que estamos aquí al lado (...), tenemos que ser nosotros; tenemos que defender hasta que nosotros podamos. Ustedes no me van a venir a decir a mi casa. Yo seré como seré. Seré pobre, seré como sea, pero están en mi casa, están donde me crié./©Joël Philippon/Survival
Cinco días les llevó a las mujeres y niños cabalgar desde una comunidad mapuche de Primer Corral, en Chile, a través de los ríos Puelo y Manso, hasta Puerto Varas, en el sur del país. Conocidas como Mujeres Sin Fronteras, el grupo lo conformaban cuarenta mujeres indígenas chilenas, argentinas y mapuches. El suyo fue un viaje de protesta; cabalgaban para denunciar la construcción de represas en la cuenca de Puelo-Manso, que comparten Chile y Argentina. Somos mujeres de este valle que estamos preocupadas por la destrucción de nuestras comunidades y del medio ambiente, dijo María Isabel Navarrete, presidenta de Mujeres Sin Fronteras. Queremos defender nuestras tradiciones, nuestra tierra y el futuro de nuestros hijos./© Loreto Panitao


Cinco días les llevó a las mujeres y niños cabalgar desde una comunidad mapuche de Primer Corral, en Chile, a través de los ríos Puelo y Manso, hasta Puerto Varas, en el sur del país. Conocidas como Mujeres Sin Fronteras, el grupo lo conformaban cuarenta mujeres indígenas chilenas, argentinas y mapuches. El suyo fue un viaje de protesta; cabalgaban para denunciar la construcción de represas en la cuenca de Puelo-Manso, que comparten Chile y Argentina.  Somos mujeres de este valle que estamos preocupadas por la destrucción de nuestras comunidades y del medio ambiente, dijo María Isabel Navarrete, presidenta de Mujeres Sin Fronteras. Queremos defender nuestras tradiciones, nuestra tierra y el futuro de nuestros hijos./ ©Loreto Panitao
En las profundidades de la Amazonia brasileña, "Pequeña Mariposa", como la conocen en su tribu, se columpia sobre el río colgada de una liana.Pequeña Mariposa nació en el pueblo indígena awá, la tribu más amenazada de la Tierra. Durante siglos, el modo de vida de los awás se ha caracterizado por una completa simbiosis con la selva. El primer contacto con FUNAI, el departamento de asuntos indígenas del Gobierno de Brasil, tuvo lugar en 1973.
Actualmente, los 450 integrantes de la tribu awá se encuentran rodeados por todas partes de ganaderos, madereros y colonos que los han invadido y asesinado con total impunidad. Familias enteras de awás han sido masacradas; los árboles más antiguos han sido talados y quemados. Un juez federal de Brasil definió la situación de los awás como un auténtico genocidio.
Pequeña Mariposa vive en una comunidad a treinta minutos andando de la frontera, donde los colonos queman la selva de los awás día y noche.
A principios de 2014 el Gobierno brasileño puso finalmente en marcha un "enorme dispositivo sobre terreno" para expulsar a los invasores ilegales de la tierra de los awás, como resultado de la campaña desarrollada por Survival International. Esta acción fue descrita por el director de Survival, Stephen Corry, como una ocasión potencial y crucial para salvar las vidas de los awás. La vida de Pequeña Mariposa depende del éxito de este dispositivo y de una solución a largo plazo que impida regresar a los invasores./©Survival International


Las mujeres indígenas conocen desde hace décadas el desplazamiento brutal, el terror, el asesinato y la violación a manos de invasores. Han sufrido la humillación de gobiernos que perpetúan la idea de que, de alguna manera, son “atrasadas” o “de la Edad de Piedra”. Han visto cómo les arrebataban sus tierras, cómo aniquilaban su autoestima y cómo sus futuros se volvían inciertos. Incluso en el siglo XXI existe el mito de que las mujeres indígenas y sus comunidades son pueblos arcaicos condenados a extinguirse de forma natural.  Pero es únicamente este concepto el que está anticuado, no ellos. Las mujeres indígenas no están “atrasadas” ni son “primitivas”; tienen sociedades complejas y en evolución que florecen cuando se las deja perseguir las formas de vida diversas y autosuficientes que han desarrollado a lo largo de los siglos. A pesar de su sufrimiento, la resistencia de muchas mujeres indígenas sigue aumentando en la actualidad. Survival International lleva cuarenta y cinco años ayudando a los pueblos indígenas a defender sus vidas, proteger sus tierras y decidir su propio futuro; y seguirá haciéndolo hasta que las mujeres indígenas y sus familias puedan permanecer en sus tierras y vivir como elijan./©Matilda Temperley
Las mujeres indígenas conocen desde hace décadas el desplazamiento brutal, el terror, el asesinato y la violación a manos de invasores. Han sufrido la humillación de gobiernos que perpetúan la idea de que, de alguna manera, son “atrasadas” o “de la Edad de Piedra”. Han visto cómo les arrebataban sus tierras, cómo aniquilaban su autoestima y cómo sus futuros se volvían inciertos. Incluso en el siglo XXI existe el mito de que las mujeres indígenas y sus comunidades son pueblos arcaicos condenados a extinguirse de forma natural. Pero es únicamente este concepto el que está anticuado, no ellos. Las mujeres indígenas no están “atrasadas” ni son “primitivas”; tienen sociedades complejas y en evolución que florecen cuando se las deja perseguir las formas de vida diversas y autosuficientes que han desarrollado a lo largo de los siglos. A pesar de su sufrimiento, la resistencia de muchas mujeres indígenas sigue aumentando en la actualidad. Survival International lleva cuarenta y cinco años ayudando a los pueblos indígenas a defender sus vidas, proteger sus tierras y decidir su propio futuro; y seguirá haciéndolo hasta que las mujeres indígenas y sus familias puedan permanecer en sus tierras y vivir como elijan./©Matilda Temperley

Fuente: eldiario.es