Parto en Iquique, partera Reyna Cáceres. |
05/09/2010 Por Ruth Carbone Duarte, Programa Orígenes Desde hace un par de año las mujeres indígenas de nuestro país están rescatando sus tradiciones ancestrales. No sólo en el ámbito cultural artístico sino aquellas tradiciones que por años han marcado a los pueblos originarios, como es recatar el parto ancestral. Experiencias hay muchas, en el norte (Iquique) y Sur (Valdivia), donde un extenso trabajo gubernamental ha permitido que hoy prácticas ancestrales sean compartidas sin problema alguno. El Programa Orígenes de Conadi está abocado a trabajar con los pueblos originarios y en esa lógica y a través del subprograma II "Oferta Pública Pertinente" se hizo un trabajo para adecuar instrumentos de trabajo y prácticas para atender con mayores niveles de pertinencia cultural a la población indígena; con un financiamiento parcial de programas nacionales como el caso del Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas (PESPI- Ministerio de Salud) donde se han desarrollado diversas actividades tanto en la Primera y Segunda Fase del Programa Orígenes. En éste ámbito las líneas de acción se han dirigido a diversas actividades tales como: talleres y capacitaciones a funcionarios de la salud y facilitadores interculturales en temáticas de medicina indígena, cultura indígena, interculturalidad en salud, políticas de salud y pueblos indígenas, adquisición y desarrollo de implementos y material de trabajo en temáticas adecuadas a cada realidad, pasantías y diálogos interculturales, apoyo a iniciativas de experiencias en salud intercultural donde se busca fundamentalmente la ampliación del acceso físico de las comunidades a los servicios, y la recuperación y reconocimiento de la medicina indígena. Al respecto, la Coordinadora Nacional del Programa Orígenes, Karina Doña Molina valoró el trabajo con las mujeres indígenas "Sin duda el Programa Orígenes ha aportado al rescate cultural de nuestras comunidades, las mujeres han sido fundamentales para la transmisión de las tradiciones en generaciones y partir de la base del nacimiento es un aporte a la cultura nacional". EXPERIENCIAS EN SALUD Y MUJER INDÍGENA La atención del Parto Intercultural Aymara surge en el año 2004 en el Hospital de Iquique. Se implementó como un modelo de atención de parto único en el país y diseñado para atraer a las mujeres aymaras de sectores rurales que se resistían a atenderse en un hospital. Este programa de parto intercultural comienza a funcionar en red con los consultorios de la provincia de Iquique. Después de meses en su etapa piloto el Proyecto de atención intercultural fue validado por el Servicio de Salud de Iquique para funcionar de manera permanente. Desde el año 2009 el Ministerio de Salud junto al Programa Orígenes han enfocado un plan de acción para retomar el parto intercultural en el Hospital con el mejoramiento de sus instalaciones, adecuación de protocolos de atención a mujeres embarazadas y en la regulación de coordinación y apoyo a las parteras. En ello se ha habilitado salas similares a un hogar aymara en el Hospital de Iquique, ambientada culturalmente con una cama de madera cubierta de mantas aymara, luz tenue, calefacción y una silla en forma de U para partos verticales. En el proceso de reactivación de este modelo se retomó el proceso de difusión de la atención en consultorios rurales para la atención del Parto en el Hospital de Iquique, y que no solo se dirige a la mujer aymara sino también a toda mujer que desee tener un parto natural en compañía de su familia. En el proceso del parto es relevante que a las mujeres no se les aplica procedimientos de rutina propios de maternidades, a no ser que sea estrictamente necesario, donde la atención de la partera aymara se dirige a apoyar a la mujer en el trabajo de parto con masajes, compresas tibias e infusiones. En esta misma línea se dirige la atención del Parto Vertical implementado en el Hospital Padre Bernabé de Panguipulli y a través de la mesa de Salud Intercultural del Programa Orígenes conformada por comunidades mapuche de la zona, y que surge el año 2003, durante la primera fase del Programa Orígenes. La propuesta de trabajo se basó en torno al tema de la humanización del parto con pertinencia cultural, construyéndose la Casa de Nacimiento o We Llegün Punen Ruka. Dentro de los principales beneficios del parto vertical está la humanización del parto, beneficiando tanto al recién nacido por medio del apego con la madre ya que el primer contacto es con la madre y que puede durar cerca de una hora, siendo relevante además la participación del padre, ya que bajo esta modalidad puede incorporarse a este apego temprano cortando el cordón umbilical del bebé. La posición vertical de la madre durante el parto permite un menor riesgo de sufrimiento para el bebé, debido a la irrigación placentaria sumando a que la gravedad ayuda al proceso de expulsión de mejor manera. Además permite a la mujer ver el nacimiento de su hijo (a), motivándola a pujar en forma más efectiva, al margen de permitir un mayor control de la situación, así como una actitud más participativa de las embarazadas en la definición de la forma en la que van a tener su parto. Y en ello las mujeres deben saber que pueden elegir la postura que más les agrade para parir, la que más confortable les resulte, y hacer más corto, seguro y placentero el momento del nacimiento, y con menores riesgos para la salud de la mujer. Telly Rivas, matrona jefa del Hospital de Panguipulli, conoce desde su gestación este proyecto, ya que tuvo la oportunidad de participar desde el inicio hasta su concreción en el 2008. Rivas, señala que los principales beneficios de este sistema de parto recaen en el niño "dada la posición de la madre durante el parto, no hay compresión de la aorta abdominal y hay mejor irrigación placentaria, por lo tanto hay menor riesgo de sufrimiento para el bebe, además, la fuerza de gravedad ayuda a que el niño pueda realizar todo el proceso de expulsión de la mejor manera". La profesional agrega además que el primer contacto del niño es con la madre, el cual puede durar entre una hora a hora y media. Otro cambio significativo, en relación al parto tradicional, es la activa participación del padre, ya que bajo esta modalidad puede incorporarse a este apego temprano cortando el cordón umbilical del bebé. Victoria Paineman, vive en la localidad de Pullunmen en Panguipulli y acaba de dar a luz su cuarto hijo y en esta oportunidad decidió que su nuevo bebe naciera por medio de parto vertical, "este sistema es mejor, porque con la forma tradicional uno tiene q subir y bajar de la camilla, en cambio con el parto vertical una vez que llegan las contracciones es más fácil y rápido. Lo recomiendo". Ximena Reyes, también dio a luz a su pequeña Antonia –su segunda hija- por medio de esta técnica que es propia de la cultura mapuche "opté por el parto vertical porque me dijeron que era mejor y quería probar como eras. Mi primer hijo nació con el otro método y me costó harto tenerlo, pero ahora fue mucho mejor". En la actualidad, cerca del 30% de las mujeres embarazadas que se atienden en el hospital de Panguipulli, optan por el método de parto vertical, lo que convierte esta inédita iniciativa en la región en una experiencia exitosa que incluso se está extendiendo a otras comunas como Paillaco. MUJER INDÍGENA SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA El embarazo, el parto y el puerperio en las mujeres indígenas son procesos de relevancia social y cultural, ya que todas las sociedades moldean el comportamiento reproductivo de diversas formas. Por lo que los diversos pueblos indígenas en el ámbito de la salud sexual y reproductiva mantienen creencias y tradiciones que incluyen recomendaciones sobre este ámbito, así como diversas normas y cuidados para cada periodo del ciclo vital y reproductivo. Pero las mujeres indígenas frente al modelo de medicina oficial han debido no sólo reconocer los beneficios biológicos de la medicina del Estado, sino que han debido dejar esas prácticas culturales donde la mujer indígena ha debido reconstruir un mundo de significaciones para adaptar su mundo cultural a un nuevo espacio, que es ajeno, como lo es la sala de un hospital, y a la vez con desconocidos como son los médicos y enfermeras, con todos los procedimientos y tecnologías que implica. Pero en este proceso de pérdida cultural y del patrimonio, las experiencias del parto intercultural en Iquique y Panguipulli vienen a rescatar conocimientos y prácticas de los pueblos indígenas en directo beneficio a la salud de la mujer. Fotografía: Revista Paula Difunde: Ukhamawa Noticias "Así es" en lengua aymara |
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